11/01/2010
LOS RELATOS DE RAFAEL EL VAQUERO.- "FILIBUSTERO" PADRE DEL ENCASTE ARRANZ
Pasear por la vieja Judería de Córdoba tiene un encanto especial. El discurrir por sus blancas y estrechas calles, llega a transportarnos a un mundo pasado. Un viaje en el tiempo en el que nos trasladamos, porque no decirlo, a una época de añorado esplendor. Lástima que los grupos de turistas, cada vez más numerosos, rompan el místico halo de silencio con sus gritonas voces acalladas por la imperativa, y a la vez instructiva, palabra del guía de turno. Confieso que me gusta pasear por las albas calles del entorno de la Catedral, vieja mezquita Aljama, añorando los cada vez más lejanos de la infancia. Cuando paseo por ellas, me ausento de sí mismo y me dejo embargar por el ambiente. Camino sin prisas, sin rumbo, disfrutando del efímero momento. Llego sin querer a la plaza de de Maimonides. La calle Tomás Conde, donde Luis de Gongora jugaba de niño al toro, que abre de repente en esta gran, y a la vez recoleta, plaza. En ella la antigua Casa de Las Bulas, hoy Museo Taurino que espera impaciente la apertura de sus puertas, tras una más que larga y costosa rehabilitación. Subo la calle Judíos arriba y llego a la Puerta de Almodóvar. Una voz rompe el aire. Es Rafael, el vaquero, que viene sonriente y pleno de felicidad.
- Mi querido amigo, me ha dicho mi sobrina Lola que soy tio-abuelo.
- ¿Y eso Rafael?
- Pos ná. Que su hija mayor ha tenio un chiquillo y de ahí vengo, del hospital de la Cruz Roja, de conocer al neófito.
- Pues eso Rafael ya es un grado.
- Eso digo yo. Ar quedarme solteron y no tener hijos, no puedo ser abuelo, pero este nene ha venio a darme sierto grado ¿no?. Pues vamos a convidarnos. Yo pago.
Más contento que chiquillo con zapatos nuevos va Rafael. Entramos a la antigua Taberna Casa Rubio, hoy convertida en un buen restaurante, en el que en la barra podemos tomar unos medios de Montilla-Moriles.
- Bueno Rafael. ¡Enhorabuena!
- De nada, buen hombre. Bueno, y una pregunta que voy a hacerle ¿yo vengo del hospital, pero usted donde camina por aquí?
- Pues nada Rafael, que cuando tengo poca cosa que hacer me gusta pasear por estas calles tan hermosas.
- Eso está bien, pero donde esta osté mejor es en el campo la su maquina arretratando toros y vacas.
- Bueno Rafael, eso me gusta más que estos paseos. Me relaja más aún. Por cierto, el otro día anduve por Villalobillos viendo los ‘arranes’ de Ramón Sánchez.
- Vaya ganadería buena que hizo el señor Arranz a base de cruzas. Fue buscando una bravura única, tanto que acabo consiguiendo el toro más bravo que se crió en Salamanca. Luego don Ramón se lo trajo para acá y aquí sigue, que por lo que me dice osté está remontando el vuelo. Cosa normal. Ahí hay simiente y de la buena.
- La verdad es que si Rafael. Es una gran ganadería de la que hemos visto lidiar toros muy importantes. Aún recuerdo la corrida de feria de 1986 en Córdoba, donde los tres toreros y Juanito el mayoral salieron a hombros. O cuando antes de estar regulado el indulto, Dámaso González le perdonó la vida a un “Bohemio” en Pozoblanco.
- Lleva oste mucha razón. Ahí hay buenos mimbres, mu buenos. Por eso tarde o temprano y con el trabajo de Ramón hijo y los nietos de don Ramón, eso volverá a las ferias. ¿Pero a que no sabe oste como formó don Manuel Arranz la ganadería?
- Hombre Rafael, algo sé.
- Vamos oste lo sabrá de los libros, pero yo se la historia de primera mano.
- Pues cuente Rafael, cuente, que a lo mejor me saca de alguna duda que han dejado los libros.
Pido dos medios de vino y una ración de unas exquisitas berenjenas a la miel, reminiscencia de la cocina mozárabe, Rafael bebe su ya tradicional sorbo y comienza su historia.
- Lo primero que debe osté saber amigo, es que Manuel Arranz antes que todo era un afisionado de los buenos. No tenía los dineros que podían tener otros ganaderos de Salamanca, pero con afisión y conocimientos fue un ganadero de postín, sacándose de la manga una sangre única. Vamos, la más brava del campo charro.
Rafael interrumpe su charla. Una pausa en la misma le sirve para ir recordando aquello que vivió o alguien le contó de muy primera mano. Tras un nuevo sorbo de fino prosigue su casi monologo.
- Pos con tal afisión se le puso a tiro comprar junto con Antonio Pérez Tabernero la vieja ganadería de Martínez. Otra ganadería ‘cruzona’ con base ‘jijón’, una miajita de ‘Concha y Sierra’ y un miajón gordo de Ibarra a través del famoso toro “Diano”. Siempre han escrito que Arranz le compró a Antonio Pérez, cosa que es falsa, pues la ganadería de Martínez la compraron ambos sorteando las vacas.
- Eso Rafael ya es sabido, aunque como siempre se ha escrito eso pues ya empezaba a ser como un dogma de fé. No obstante ya se sabe como se hizo Arranz ganadero.
- Bueno, al grano. Una vez las vacas en ‘Campocerrado’, pos debe de saber osté que el señor Arranz estaba casado con una Cobaleda, le puso un toro de la ganadería del Conde de la Corte. “Abejorro” un semental que a pesar de costar la fortuna de 15.000 pesetas de la época, no ligó y no dio brillo alguno a la nueva ganadería.
- Para que vea usted Rafael, todo lo del Conde de la Corte no sirve, con todo lo que defiende usted todo lo del conde.
- Bueno, bueno, bueno, deje osté la guasita que el mejor escribano echa un borrón. El que este toro no ligara, cuantos y cuantos de ellos han hecho ganaderías en el campo bravo.
- Es verdad amigo. En el fondo lleva usted la razón. Pero siga que esto comienza a estar interesante.
- Pos nada como aquella liga no cruzo, don Manuel comenzó a preocuparse. Tenía que hacer algo para conseguir el toro que buscaba. Pos en esta disquisisión apareció por allí Graciliano Pérez Tabernero, quien le emprestó un eral de su casa. “Filibustero” que a la postre fue quien puso los simientos del nuevo encaste.
- Rafael ese toro vino por un lado a ratificar la sangre ‘ibarreña’, pues aunque lo de Graciliano es considerado ‘santacoloma’ la sangre de Ibarra es mayoritaria a la de Saltillo.
- Lo que sí es verdad mi amigo Salvador es que ese toro fue el padre de la nueva ganadería. Cuando cumplió la edad para lidiarse, don Graciliano lo envió a San Sebastián a una corrida de esas de concurso y “Filibustero” dio un gran juego.
- La corrida si no me equivoco fue el 23 de agosto de 1931 y aunque dio un juego extraordinario quedó en segundo lugar. Gano un toro de Coquilla que estoqueó Nicanor Villalta. No obstante la diferencia de votos entre el Coquilla y el “Filibustero” fue muy estrecha.
- Bueno lo importante es que el toro ligó magníficamente y de sus hijos incluso se sacaron dos nuevos sementales “Regato” y “Ricopelo”.
- Todavía en la ganadería de Ramón Sánchez salen toros con esos nombres legendarios Rafael.
- Efectivamente. La ganadería de Arranz se puso en los primeros lugares y dio unos resultados magníficos, tanto que ante un ‘petardo’ de Litri y Aparicio en Salamanca los figuras comenzaron a darle de lao.
- Y lo atemperó con dos toros de Antonio Pérez de San Fernando, no Rafael.
- Si señor y ya veo que a partir de ahora se sabe osté la historia. Pero que sepa osté una cosa, que quien dio a la ganadería categoría de Arranz su sal y gracia fue el toro “Filibustero” de Graciliano Pérez Tabernero.
Apuramos los vasos de vino y las deliciosas berenjenas con miel. Salimos del establecimiento y nos despedimos, pues a Rafael lo llama el marido de su sobrina para llevarlo en el coche a casa. Un apretón de manos y mientras camina con su figura torera, y a la vez campera, hacía el Volvo de su familia, yo me vuelvo a meter en el laberinto del viejo barrio judío en dirección a casa.
Foto: Toro de Ramón Sánchez (con el hierro de Arranz) en Villalobillos. Septiembre, 2010. (Eduardo Castillo García)
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