Magnifico audivisual realizado conjuntamente por el Consorcio de Turismo de Córdoba, la Fundación Córdoba Ciudad Cultural y el Patronato Provincial de Turismo de Córdoba para la difusión y promoción de los atractivos patrimoniales y culturales de Córdoba y su provincia.
Visionandolo se puede apreciar de la grandeza de Córdoba, su belleza, su fondo, su alma oculta, su todo. Pero hay algo que falla. El montaje está incompleto. Se ha omitido la Córdoba taurina. Se ha ninguneado a todos aquellos que escribieron páginas de oro en la historia del toreo y de la ciudad. Se ha marginado un trozo muy importante de nuestra cultura. La del toro. El Califato taurino. Lagartijo, el torero del postromanticismo, a Guerrita, monarca absoluto de la tauromaquia de su época, la verdad y la valentía de Machaquito, la sobriedad del Monstruo de Córdoba, Manolete, la revolución de los sesenta de Manuel Benítez. También nuestras dehesas donde se formaron encastes legendarios que hoy perviven con el paso del tiempo. El toreo ecuestre de Cañero. Se ha mutilado nuestra historia, y no solo eso, con ello se ha marginado a todos aquellos que hoy por hoy nos identificamos con la Fiesta de los Toros, con la afición, con la sufrida afición que se ve proscrita una vez más en pos de algo que en muchas ocasiones no tiene nada que ver con nosotros, para mayor claridad que tiene que ver el artista (?) Miguel Barceló con Córdoba. ¿Complejos? ¿Desconocimiento? No lo sé.
Solo quiero pensar que ha sido un olvido involuntario. No quiero tampoco culpar a la actual corporación municipal y provincial. Sin lugar a dudas el trabajo estaba hecho por los que le precedieron, pero ahora hay que subsanar el error u omisión. Es la hora de reconocer sin tapujos lo que forma parte profunda de nuestro estrato cultural. Por ello nuestro Ayuntamiento tiene que atender la propuesta del Circulo Taurino de Córdoba. Declarar el toreo Patrimonio Cultural Inmaterial de Córdoba sería la única manera de subsanar este error de bulto.
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