9/08/2012

ANDRES LUIS DORADO, TRIUNFAL REAPARICION



GANADERIA: Seis toros de Manuel Blazquez. Bien presentados aunque muy deficientes de pitones y faltos de fuerza. Los seis desarrollaron buen juego y colaboraron con los matadores. Los mejores los jugados en 5º y 6º lugar. A este último de nombre “Juguetero”, número 21, fue premiado con una merecida vuelta al ruedo tras una leve petición de indulto.

TOREROS: Juan Serrano “FINITO DE CORDOBA” (negro y azabache). Estocada atravesada (oreja) y media estocada trasera y tendida (oreja)
Manuel Díaz “EL CORDOBÉS” (nazareno y oro). Estocada (ovación con saludos tras petición mayoritaria no atendida) y estocada (dos orejas)
ANDRES LUIS DORADO (grana y oro). Dos pinchazos y estocada (vuelta al ruedo) y estocada (dos orejas tras un aviso).

INCIDENCIAS: Plaza de toros de Cabra. Corrida de toros con motivo de las fiestas en honor de Nuestra Señora de la Sierra. Un tercio de plaza en tarde de agradable temperatura. Al finalizar el paseíllo se guardo un minuto de silencio en memoria del torero local “Felipin”. Una vez terminado el festejo Andrés Luis Dorado y Manuel Díaz “El Cordobés” abandonaron el coso a hombros. El ganadero fue expulsado del callejón por el delegado gubernativo por irrumpir en el ruedo tras la muerte del segundo toro reclamando los trofeos para el espada de turno.

Cuentan que los toros bravos son los que descubren de verdad a los toreros. En la historia del toreo se han dado casos de que un toro, bravo de verdad, ha puesto en evidencia las carencias de muchos espadas. En otras ocasiones y también ante toros con clase y bravura, ha habido toreros que han tenido oportunidad de desarrollar el toreo como de verdad lo sienten. Para bien o para mal, los toros bravos siempre descubren las virtudes o vergüenzas de los matadores de turno. Ayer en el centenario coso egabrense se tuvo la oportunidad de comprobarlo en las postrimerías de la corrida.
Salto el sexto, de nombre “Juguetero”, chorreado y bragado, de muy bonita lamina. Su matador, el cordobés Andrés Luis Dorado, abrió el percal para recibirlo con gallardía y buen gusto. Empujó con clase el burel en la única vara que tomo. El espada quitó por zapopinas y tras brindar al respetable cuajó un trasteo con verdad, torería, valor y sobre todo comprometido a las bondades de las embestidas de tan noble ejemplar. Tras una tímida petición de indulto, Dorado se perfiló muy en corto y cobró una estocada que rubricó una tarde que de seguro va a suponer un punto de inflexión en su carrera.
El otro gran triunfador de la tarde fue “El Cordobés”. Manolo Díaz está en un momento de su carrera que lo ve todo de una manera diferente. Atrás quedaron los años de la “revolución”. Ahora “El Cordobés” trata de disfrutar y hacer disfrutar. En su primero, un ejemplar con clase pero con poca fuerza, realizó una labor importante y técnica, para terminar toreando a placer, sobre todo al natural, y finalmente abrió la caja de los truenos con saltos de la rana y demás muestras de su particular repertorio. Mató certeramente y vino el lio. El público más que mayoritariamente solicitó los trofeos para el espada, la presidencia no atendió la petición y ya se sabe. Música de viento y bronca para el palco, con incidente incluido al saltar el ganadero al ruedo flameando un pañuelo y afeando la actitud presidencial. Se desquitó “El Cordobés” en su segundo. Se mostró ortodoxo y con una dimensión distinta a la que nos tiene acostumbrados. Vibrante faena de muleta en la que destacaron de nuevo las tandas con la zocata. Volvió a ser certero con los aceros y, esta vez sí, la presidencia le concedió dos justas orejas.

Finito de Córdoba, impecablemente vestido, fue a Cabra a vestir y dar vitola al cartel. Juan Serrano sin redondear nada dejó destellos de su personalidad, de su calidad, de su plástica manera de interpretar el toreo. Sus labores, mejor la primera, no fueron redondas, tuvieron muchos dientes de sierra, pero siempre el empaque del torero que otrora enamorara a Córdoba daba fogonazos nostálgicos de otra época en la que brilló con luz propia en todas las ferias del planeta toro.

1 comentario:

Pepe dijo...

Algunas personas llevamos algún tiempo indicando la valía de este joven matador cordobés. Ayer lo demostró nuevamente con su actuación, máxime con un toro bravo (6º de la tarde)que repetía incansablemente obedeciendo los dictámenes del torero. Siempre se ha dicho, y así lo creemos muchos aficionados, que estos toros son los que te "ponen o te quitan". Andrés Luis Dorado se puso ayer en posición muy ventajosa. Esperemos que quienes tienen que colocarlo en los carteles comprendan definitivamente que hay un "torero" con quien se aprende y disfruta en cada una de sus actuaciones. Enhorabuena, maestro.