8/15/2013

LA GUERRA DE LOS VERAGUAS. (Parte II)

Hierro de los Duques de Veragua

La semana ha traído lo que he dado en llamar la Guerra de los Veraguas. La Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) y la Asociación de Ganaderías de Lidia (AGL) de forma conjunta, requirieron a “Taurodelta”, empresa que gestiona la plaza de toros de Madrid, a que la ganadería de Aurelio Hernando, inscrita en la Agrupación Española de Ganaderos de Reses Bravas (AEGRB), no lidiase en el ciclo a celebrar en Las Ventas con ganaderías de encastes minoritarios, o en vías de extinción, alegando que la misma no era pura de origen de Veragua.
Días antes el blog Bravura y Nobleza ya anunció la “movida” en una entrada que ha levantado ampollas. En dicha entrada, a la que enlazo, se intuye que en todo esto hay algo más que la defensa a ultranza de la pureza de sangre de un encaste como el “veragueño” y que como saben esta basado en el mestizaje. No hay que olvidar la frase atribuida al creador del encaste, el utrerano Vicente José Vázquez, de quien se afirma dijo a los demás ganaderos de su época: “Poseo todo lo que ustedes tienen, pero lo que ustedes jamás podrán poseer”. 
Vázquez, según tratadistas, forjó su ganadería con ganado de procedencia variopinta, fundamentalmente de Cabrera y Vistahermosa. A su muerte la torada fue adquirida por la Casa Real quien cruzó con toros de casta “Jijona”, cruce del que se afirma fue eliminado por el Duque de Veragua cuando se hizo con la ganadería todos los productos, extremo este muy difícil de ratificar. Estamos pues ante una ganadería, o encaste, originado a través de múltiples cruzas de sangres, incluso en época ducal se volvió a poner con las vacas un novillo con el hierro de Miura.
Hierro de Prieto de la Cal

Con el tiempo la vacada pasó a manos de los hermanos Martín Alonso, que poseían ganado de otros orígenes, por lo que no hay que descartar una nueva cruza, hasta llegar a manos de Juan Pedro Domecq Núñez de Villavicencio. En sus manos se cruza lo adquirido de sangre “vazqueña-veragueña” con sementales de Parladé. Posteriormente se eliminan la totalidad de las hembras, puras y cruzadas, que venden sus hijos a José Enrique Calderón Alcalde, quien se dice, vuelve a cruzar con un semental del Conde de la Corte, por lo que la amalgama de sangres se acentúa un poco más. Calderón vende parte de su ganadería a Tomás Prieto de la Cal y con lo que se reserva se forman lotes a su muerte que son transferidos a Salvador Algarra, Duque de Osuna, Gerardo Ortega y Raimunda Moreno de Guerra, quienen eliminaron con el tipo sustituyendo la sangre “vazqueña-veragueña” por otras más acordes a la evolución del toreo y por ende a los nuevos gustos ganaderos.
Tomás Prieto de la Cal mantiene lo adquirido a Calderón, si bien se afirma, se hicieron cruzas puntuales con elementos de Villamarta, Torrestrella y Luis Algarra, afirmándose igualmente que los resultados de estas cruzas fue eliminado conservándose en pureza la sangre adquirida a José Enrique Calderón.
Hierro de hijas de Enrique García
Hierro de Aurelio Hernando

Hierro de Javier Gallego
El resto de la ganadería liquidada por los herederos de Calderón se extinguió con los años, excepto la parte adquirida por el Duque de Osuna que fue a parar a las manos de Enrique García González. Ya en su poder y tras mil avatares logra mantener un núcleo de reses “vazqueñas-veragueñas” a través del semental de nombre “Duquesito”, toro que por absorción devuelve a la ganadería un alto porcentaje de rasgos típicamente vazqueños. La vacada la heredan sus hijas y que dá lugar a las actuales de Javier Gallego, nieto de García González, y Aurelio Hernando. 
Decir que Javier Gallego ha vendido vacas de esta casta a los herederos de Manuel García Ibañez, y al cordobés Justo Barba que las ha unido a otras procedentes de la ganadería de Doblas Alcalá. Esta vacada de Doblas Alcalá, tiene su origen en la de María Concepción Mencos Armero, que a su vez procedía de la de Juan Pedro Domecq. Seguramente se trataba de ejemplares con un alto porcentaje de sangre “vazqueña-veragueña” pues eran pelajes típicos el jabonero y el berrendo en negro. En Doblas Alcalá siempre se ha llevado por separado una punta de vacas de capa jabonera que son conocidas en la casa como “las vacas blancas”.

Sabido es que el rey Fernando VII regaló a su sobrino, el rey Miguel de Portugal, un lote de las reses adquiridas a Vicente José Vázquez, sin poder precisar si estas eran puras vazqueñas o bien derivadas del cruce efectuado con toros de casta Jijona. De este hato da lugar a la vacada de la casa de Braganza, resultante de una cruza entre las vacas vazqueñas con toros de la ganadería de Ibarra. Con el tiempo y tras la desaparición de la monarquía en el país vecino, la vacada pasó de nuevo a España a manos de Antonio Flores, terminando finalmente en manos de Curro Chica que previo a su venta a Álvaro Domecq y Manuel Camacho, vendió lotes a Julio de la Puerta y a José Nuñez Guerra, conservándose en dichas casas ganaderas reses de tipología vazqueña.
Hierro de Julio de la Puerta
Hierro de Hdos. de José Nuñez Guerra

En Portugal se conserva igualmente la ganadería de Fernando Palha. El ganadero portugués reconstruyó la legendaria ganadería familiar con elementos dispersos por todo Portugal, observándose en esta torada una morfología decimonónica y muy variada de capas, rasgo típicamente vazqueño, así como un comportamiento durante su lidia arcaico y duro que la hace estar alejada de los carteles donde actúan las figuras del escalafón.
Hierro de Fernando Palha

Extintas, aunque aún figuran en los anuarios de sus respectivas asociaciones ganaderas, se encuentran las ganaderías de Fraguas y Valdegalindo. La primera procedente de una venta, afirman que hecha directamente por los hermanos Martín Alonso al marqués de Castronuevo, que tras pasar por distintas manos es adquirida por Samuel de Paz González quien buscó con ahínco la sangre pura de Veragua alcanzando innumerables éxitos en festejos menores. Con los años pasó al navarro Jesús Fraguas que cruzó con dos toros de Julio de la Puerta no logrando ver los resultados pues se vio obligada su familia a eliminar la ganadería por los problemas que acarrea la normativa sanitaria europea. Valdegalindo tenía su origen en una parte de la ganadería de los hermanos Sánchez y Sánchez de Calzadilla, que a su vez procedían de la de Trespalacios, hoy extinguida.
Hierro de Fraguas

No podemos olvidar la poco estudiada y reconocida fuera de su provincia ganadería de los herederos de Jacinto Ortega quien también afirma poseer un núcleo importante de sangre procedente de los Duques de Veragua.

Hierro de Valdegalindo
Todos dicen tener lo que los demás no poseen. Todos con más o menos repercusión, manifiestan a los cuatro vientos poseer los últimos veraguas. La UCTL y la AGL han mostrado sus cartas en la partida. Los resultados de las pruebas del ADN son su as en la manga, aunque nadie ha podido verlo. Tampoco conocemos cuando y con que ejemplares se hizo el estudio. El caso es que ambas instituciones se aferran a estos resultados para tratar de vetar a una ganadería que no figura asociada a ninguna de éllas. No sabemos si las demás asociaciones contraatacaran en defensa de sus asociados. Tampoco que intereses hay alrededor de toda esta absurda polémica, pues no hay que olvidar que el toro bravo no se cimenta en una sangre con mayor o menor pureza. El toro se sustenta por la casta, la bravura, el poder, la lucha y no por la limpieza de sangre documentada en unos estudios científicos que están pidiendo a gritos ser puestos a disposición del gran público y aficionados.  Que más da todo, si a pesar de un estudio científico, el toro se cae, está mal presentado debido a la consanguinidad  y su juego deja mucho que desear en la plaza. Repito, a mi modesto entender, esto es una sinrazón. Lo que importa es el toro integro y no lo que digan unos estudios, o mejor dicho, lo que manifiestes unos u otros criadores. 


1 comentario:

Juanito dijo...

¡¡EXTRAORDINARIA ENTRADA SALVADOR!!