Córdoba comienza a coger complejo de Cenicienta. Desde que en
el pasado mes de junio Los Califas cerraran sus puertas, poco más ha sonado Córdoba
en el planeta toro. Pasó de puntillas septiembre, eso si, con la nostalgia y
recuerdo de los festejos que se celebraban por la Fuensanta o las Mercedes. Pero
el coso de Ciudad Jardín no abrió, un año más, por otoño. Córdoba muy a pesar de
su historia, agoniza irremediablemente en el planeta de los toros.
Cierto es, que sus últimos gestores, venidos de ultramar,
fueron nefastos. Cierto es también, que la afición, el gran público ya lo hizo
hace más tiempo, ha dado la espalda a la Córdoba taurina. Lo que acontece en el
dorado albero califal no repercute para nada en el panorama taurino. Córdoba
comienza a coger complejo de Cenicienta.
Los propietarios del coliseo decidieron, no sin antes hacer
muchas cábalas, adjudicar la gestión de la plaza a un grupo mexicano liderado
por el empresario azteca Alberto Bailleres, adjudicación que fue celebrada
mayoritariamente, eso sí, con las reservas lógicas tras la oscura experiencia
de la empresa anterior. Pronto se anunció que en enero la nueva gestora,
llamada Espectáculos Taurinos Mexicanos, S.A. (ETMSA), presentaría a la sufrida
y paciente afición cordobesa su hoja de ruta para sacar la plaza del
ostracismo.
Ha pasado el mes de enero, también prácticamente medio febrero,
y nadie ha movido ficha. Solo se ha sabido que la empresa mexicana, y nueva
gestora de Los Califas, ha unido fuerzas con los empresarios José Cutiño y
Simón Casas para dar a luz un proyecto, que se ha denominado pomposamente Fusión
Internacional por la Tauromaquia y que dice pondrá en valor una fiesta que pasa por
momentos delicados.
Por lo pronto se me ocurren, así a bote pronto, un par de
preguntas. ¿Se contemplaba en el contrato de arrendamiento que la nueva gestora
explotara la plaza en unión de terceros? ¿Tienen idea los componentes del FIT
lo que necesita realmente Córdoba? Nadie hasta ahora ha dicho esta boca es mía. Ni propietarios, ni representantes del grupo mexicano. Tampoco nadie, en representación, de este nuevo trust ha hablado de la recuperación de Córdoba.
Córdoba necesita trabajo. Hasta ahora el nuevo grupo no ha
dicho esta boca es mía. No se conocen los objetivos ni nada sobre esta primera
temporada. Urgía ante todo organizar la 'mediática' feria de Olivenza. Un
miniciclo en el que el toro estará ausente y en el que se ha programado más de
lo mismo, incluso con nombres que han vuelto sin que nadie los haya llamado.
Ahora estarán quebrándose la cabeza con las Fallas, donde se configuraran unas
combinaciones, que según lo que se va apuntando y conociendo, volveremos a ver lo que
tenemos más que visto.
Mientras tanto Los Califas, que este año cumple medio siglo
de vida, continua a la espera para conocer su futuro. Córdoba es segundo plato,
si me apuran hasta tercero, para un trust empresarial que desconoce, ni se
preocupa de conocer, lo que Córdoba demanda. Luego vendrán las prisas. Se
improvisaran dos o tres carteles con el consabido intercambio de cromos y con
animales a lidiar de cualquier 'gatada', perdón torada, demandada por los
toreros que dicen dar lustre a un escalafón envejecido y falto de renovación.
Parece que nadie se preocupa por Córdoba. Poco importa su
historia, ni tampoco lo que aportó al toreo. Plaza que se ha convertido en una
'tercerona' sin fuste ni empaque alguno entre el toreo moderno. ¿Llegará algún
día la hora de un deseado renacimiento? La esperanza es lo último que se
pierde. Ojala lo vivamos pronto, porque por ahora solo tenemos complejo de
Cenicienta.
1 comentario:
¿Se puede tener más razón en lo que usted dice? Más alto seguro, más claro imposible. Duele pero es tan crudo como real.
Por cierto D. Salvador, he leído en su twitter acerca de la fotografia suya que circula por ahí. Solo decirle que como autor de la misma tiene todos los derechos de Propiedad Intelectual y si no le han pedido consentimiento alguno, puede ejercer las medidas legales que crea oportunas para cobrar esos derechos
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