EL CASO DEL CHIQUERO DESTROZADO

Durante la pasada feria de Mayo en Córdoba, en una corrida en la que actuaban las figuras, ocurrió, que el primer toro de la tarde de nombre "Becario", perteneciente a la ganadería de Juan Pedro Domecq, saltó al ruedo sangrando por el hocico y con los dos pitones escobillados. El escandalo fue mayusculo, pero se montó aún mas, cuando se comprobó posteriormente que la ventanilla situada por encima del chiquero se encontraba destrozada, así como el mismo lleno de cascotes desprendidos de la dicha ventanita. El toro habia sido presuntamente manipulado en el chiquero después del sorteo. El presidente del festejo, vió oportuno inicial una investigación que al día de hoy, sus resultados aún no han visto la luz, a pesar de los cinco meses transcurridos. ¿Esta es la autoridad que vela por los intereses de los espectadores? Pues no, cinco meses son mucho tiempo para que aún no se sepa nada, con lo claro que está todo. Se debería de sancionar al ganadero, al torero, al mayoral y al empresario, que son los auténticos responsables del desaguisado, pues si se les sancionase ejemplarmente, la próxima vez se lo pensarian mejor.
En la temporada de 1942, el día 31 de julio en la feria de Valencia, se sorprende que están afeitando una corrida del Conde de la Corte. Se sustituyen los dos toros manipulados. El director de lidia, Marcial Lalanda es detenido. Se inician la diligencias oportunas por parte del Gobernador Civil. A las 48 horas, la empresa es multada con 50.000 ptas, Marcial y su apoderado, con 10.000 ptas cada uno y el mayoral, con 5.000 ptas. Esa celeridad la quisiera yo para hoy. El fraude hay que combartirlo, no se puede hacer la vista gorda, tal y como se está haciendo, por que esto ya raya en los bochornoso.