4/23/2013

TENTADERO EN LA VEGA: SOLAR DE LOS SALTILLOS.

La primavera en el campo bravo
El capote en espera de unas manos
La vaca con el hierro de la "rueda"
Rodolfo Nuñez para a la erala
El tentador prepara la vara
Las vacas se emplean en el caballo
Alberto Aguilar con la derecha
Al natural, toreo fundamental
Nuñez muletea con la diestra

La selección de la bravura es fundamental en la crianza del ganado bravo. La elección acertada de los reproductores es la piedra angular de todo ganadero. Para ello el ritual se reproduce en el campo. Severo, exigente e inmisericorde para aquella res que acusa el menos atisbo de mansedumbre. Esta labor campera, conocida como tentadero, es el baremo de la bravura para perpetuar una raza milenaria.
La finca “La Vega”, predio natural del toro de lidia desde que a élla llegara la ganadería de los marqueses de Saltillo, fue marco para una de estas labores selectivas, en concreto una tienta de hembras. En el palco, sobrio y pétreo, el actual ganadero, José Joaquín Moreno de Silva. Nieto de Félix Moreno Ardanuy quien aconsejado por “El Guerra” adquirió el hierro y ganado de Saltillo, ha cerrado el círculo abierto hace lustros por su abuelo, concentrando de nuevo todo el ganado familiar en el noble hierro de la “rueda”. Ahora toca perpetuar en el tiempo tan histórica sangre brava. La de Saltillo.
Se tentaron seis becerras. Tres con el hierro de Saltillo y tres con el de Moreno Silva. Las seis del mismo encaste. Su morfología externa y su comportamiento evidenciaron sobre el albero su aristocrático linaje. La prueba fue exigente en el tercio de varas, autentico baremo de la bravura, así como en las muletas de Alberto Aguilar y Rodolfo Núñez “Carpetano”. Las que superaron la criba pasaran al hato de vacas madres de la casa para así perpetuar un encaste único y singular junto a la vega del Guadalquivir en el término de Palma del Río.

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