10/21/2010

DE LA ARENA AL TENDIDO. Firma invitada: Ana Infante.



Cuando las palabras no pueden expresar lo que uno siente… frase bonita y significativa, hace poco la leí de pasada, me hizo identificar a una amiga.
En el arte de Cúchares, casi siempre homenajeamos a los protagonistas, al toro, al torero como genio, no debemos olvidarnos de la importancia del respetable, del aficionado. De áquel que nos lleva en el corazón, con un alma amonterada y con personalidad belmontina o tal vez amanoletada.
Por favor no se ofendan, me encantaría dedicar unas palabras a cada mirada que encontré en los aledaños de un ruedo, sería difícil porque no habría jerga suficiente, solamente con decirles que en mi lado izquierdo llevo un broche de oro de admiración y respeto, por todos los amantes de esta fiesta.
Hace unos días, ojeando un magnífico libro de “Fiestas de toros en la comarca de Priego” de Manuel Fourcada, me llamó la atención en una de sus fotos, una niña con pose impropia para su edad.
Sus ojos reflejaban pinceladas de alegría y de pasión, de una claridad tal que la vida parecía brotar de ellos como un firmamento líquido, enamorada de su propia imagen, mientras sus figuradas alas de luz tachonaban el reverso de las hojas de los árboles prieguenses. Humildemente agazapada entre sus ídolos toreros, le hacían que su ensoñamiento se convirtiese en un lindo día, aunque más tarde, la noche le llegara a parecer un inestable sendero de su niñez. Doy fe, que brillaba tanto por sí sola que todo lo que la rodeaba se sumía en sombras, quedando sólo la estrella cautiva, que por breve y pequeña que sea, sólo era de ella.
Con lenta elegancia, se hizo mayor. Ahora es toda una mujer, con eslabones de letras suaves y taurinas en sus manos, con fuego de rebeldía dorada y delicada. Gracias a la bondad del destino, he podido conocerla, les digo, que en su personalidad encontré la simplicidad escarlata de una rosa, que sin mediar palabra o escribir, de una manera sutil, puede hacer que sientas que el toreo es arte y la vida sin el toreo no sea vivir.
Sus amigos taurinos la queremos, y los no taurinos también. Será una gran periodista, apasionada de nuestra cultura con aroma.
Torearas a las letras con temple, enamoraras al lector con tus palabras, al oyente le regalarás paz con tu voz. En tu paleta de colores hechizada, ten presente siempre un vestido de aura dorada. Sal a hombros muchas tardes, no olvides mirar al cielo y deja escapar tu corazón, porque eso es lo que siempre hacen los grandes en esta bendita profesión.
Desde este humilde boceto, te pido que no dejes de pasear tus féminas manoletinas llenas de frescura, sabiduría y juventud.
Nunca te hice un brindis, pero esta vez: Va por ti Nerea García Serrano, amiga mía.

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