10/09/2010
A NOELIA MOTA
Tenía ganas de dedicarle unas líneas. Seguro de que ahora no las podrá leer y con la duda de que algún día lo haga. En la fiesta de los toros la muerte siempre está al acecho. Es la grandeza de este milenario ritual de sangre y gloria. A veces se gana y otras se pierde. Lo malo es que en ocasiones las consecuencias de un error o un accidente pueden ser fatales. Me conmovieron las escenas del percance, que ha estado a punto de ser trágico, de una de las promesas más firmes del rejoneo. Me estoy refiriendo a la rejoneadora Noelia Mota.
Hoy, cuando he llegado a Montoro a cubrir el primer festejo de feria, me he acordado de ella con más intensidad. Toreó hace dos años en la feria montoreña. No la conocía, bueno la había visto en un certamen de Atarfe y no me llamo mucho la atención. Pensé que era una cara bonita y poco más. Aquella tarde en Montoro me cambió radicalmente el chip. Cuando llegue al patio de caballos estaba sobre un caballo perla en compañía de Martín Burgos y Moura hijo. Su sonrisa cautivaba al buen público de Montoro y partía con cierta ventaja sobre sus compañeros. Luego en el ruedo todo cambió. Una monta clásica, ortodoxa en las formas y tratando siempre de hacer un rejoneo puro y de calidad. Aquella amazona no era una niña guapa más sobre un équido clavando hierros y banderillas de cualquier manera. Allí comenzaba a vislumbrarse a una rejoneadora que podría ser ‘gente’ en el escalafón. Todo salió redondo. Triunfo grande y a ley. Cambie unas palabras con ella y me pareció alguien muy sensato, con una afición enorme y sobre todo enamorada de la profesión que había escogido. Noelia Mota o el rejoneo guapo, así titulé la crónica de su actuación que se publico el día siguiente en el periódico “El Día de Córdoba”. En la misma trate de decir que Noelia practicaba un rejoneo guapo y lleno de majeza. Su condición de mujer prácticamente no había influido en su éxito. Desde entonces seguí sus evoluciones. Sus clásicas formas la han llevado poco a poco a interesar a los públicos y con ello a ampliar el número de sus actuaciones. Le queda lo justo para entrar en el circuito de ferias y plazas importantes. Desgraciadamente ahora, justo en el momento más inoportuno, ha venido este desgraciado percance.
Al día de hoy, Noelia sigue en coma inducido, los peores momentos parecen que han pasado. Aún queda mucho para verla a lomos de los caballos de su cuadra esquivar el peligro que en esta ocasión no ha podido sortear. En este importante envite parece que va a salir triunfante. Su juventud, su fortaleza, sus ganas de vivir y su afición por el toreo a caballo están siendo vitales para su recuperación. Seguro que su pundonor y su voluntad harán que cuando toda esta pesadilla pase, retome su carrera justo en el momento que ha sido interrumpida y que la temporada que viene sea uno de los atractivos del escalafón de rejoneadores, y no por su guapa, que lo es, si no por la belleza del rejoneo que practica. Desde aquí tener un reconocimiento hacía la rejoneadora coquense y también a todo su entorno, especialmente familia y compañeros.
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