EN BUSCA DEL PRESTIGIO PERDIDO

Tras la renuncia de Taurotoro a seguir gestionando el Coso de Los Califas cordobés, la sociedad propietaria del mismo se haya inmersa en la búsqueda de un nuevo empresario para que rija los destinos de la plaza cordobesa. José María González de Caldas, cabeza visible de Taurotoro, hizo saber a la propiedad de la plaza que abandonaba la gestión del coso tras siete años de trabajo, en los que los resultados económicos no han sido todo lo satisfactorios que hubiera querido el empresario sevillano. Taurotoro se hizo con la gestión de la plaza en 2003, con la dupla formada por José María González de Caldas y José J. Cañas, para continuar Caldas en solitario, desde entonces hasta ahora, y tras haber renovado su compromiso en 2007. Su gestión ha sido en líneas generales desigual, alternando las luces con las sombras. Los bailes de corrales, altos precios en líneas generales y carteles poco atractivos en los últimos años, han sido la nota discordante que ha supuesto el divorcio entre la afición cordobesa y Taurotoro. El último gran esfuerzo de González de Caldas por atraer al público a la plaza ha sido la campaña denominada Córdoba 5000, con la que se pretendía alcanzar la cifra de 5000 abonados, no cumpliéndose los objetivos logrando, eso si, un incremento en los abonos que el empresario no ha considerado suficiente para lo que tenía marcado. Ello, unido a la crisis económica que atravesamos han sido argumento suficiente para la rescisión del contrato de gestión al que aún le restaban dos años.
Es ahora cuando la pelota está en el tejado de la propiedad de la plaza, quien tiene que buscar un empresario que este dispuesto a trabajar en una ciudad taurina, que aunque con historia, se encuentra en horas bajas, y potenciar y devolver el prestigio a una plaza que lo tiene más que deteriorado. Consultados varios aficionados de la capital, estos se inclinan por alguien independiente y de reconocido prestigio, estando entre los preferidos de la afición la terna formada por José Cutiño, Juan Reverte y Ángel Bernal, los tres curiosamente empresarios de plazas que anteriormente fuesen gestionadas por Taurotoro, casos de Pozoblanco, Jaén y Lucena.