5/23/2015

ROMPEVIENTOS Y BENGALA, DOS BRAVOS TORRESTRELLAS JUGADOS EN CORDOBA

Ingresado, de Jandilla, padre del toro Bengala
A pesar de su juego su nombre es omitido en el libro conmemorativo del 50 Aniversario de Los Califas editado por Diario Córdoba

Repaso el libro que ha editado Diario Córdoba con motivo del cincuentenario de Los Califas. Un libro con todo lujo de detalles,  -eso sí, debería de llevar el patrocinio de alguna clínica oftalmológica por lo diminuto de sus letras-, entrevistas, artículos de historia, estadística y un anuario con profusión de festejos celebrados en cada temporada.  También cuenta con artículos de personajes que no conocen Córdoba ni de lejos, ni que tampoco han sufrido, ni vivido ningún festejo ferial en sus tendidos, pero claro su firma viste un poco más y da cierto lustre, que no hace falta, a  la edición, aunque al final su opinión este llena de tópicos. Un libro que es digno a la efemérides que se celebra, y que no puede faltar en la biblioteca de todo aficionado a los toros de Córdoba. 

El compañero Antonio Luis Aguilera hace una fiel estadística de los toros de nota lidiados en estos cincuenta años. No obstante a la fidelidad y concienzudo trabajo, observó dos detalles, que aunque insignificantes, brillan por su ausencia. Desde esta modesta bitácora trataremos de poner la apostilla, ojo para sumar, jamás para restar, al escrupuloso trabajo elaborado.

La primera de ellas es sobre el festejo celebrado el día 25 de mayo de 1980. En el cartel estaban Francisco Rivera "Paquirri", José María Manzanares y Luis Francisco Esplá, quienes se las vieron ante una sería y brava corrida de Torrestrella. La corrida fue brava, hoy inconcebible que un encierro como aquel lo estoqueasen  las figuras del momento, y que a la postre ofreció una buena tarde de toros. "Paquirri" cortó dos orejas, Manzanares, una y un Esplá muy joven, hizo vislumbrar su tauromaquia luminosa y dinámica, que a la larga le sirvió para convertirse en un icono del toreo de nuestro tiempo. Digo, y repito, que la corrida fue brava. El tercero de la suelta, un animal de pelo negro zaino, se arrancó a los montados con alegría, para luego galopar en banderillas permitiendo al alicantino cuajar un tercio épico y cumbre. Tanto que le sirvió, tras el tercer par, para dar una apoteósica vuelta al ruedo. Luego en la muleta el animal fue un derroche de casta y motor. Una movilidad indómita para dar y tomar, tanto que Esplá no pudo del todo con él a pesar de su oficio y conocimiento. Tras una faena vibrante, y en la que jamás intentó el toreo al natural, un certero espadazo parecía que pondría punto y final a aquel animal, y que las orejas del bravo, sobre todo por la emoción del trasteo, acabarían en las manos de un Esplá que se sentó en el estribo a ver a su oponente doblar. El toro sacó su bravura y se resistió con su casta a lo inevitable. Su muerte. Aquel momento postrero emocionó al público que pidió la vuelta al ruedo para el animal y el pañuelo azul no tardó en asomar. Las mulas dieron la vuelta al toro entre aplausos, mientras el torero alicantino se tuvo que conformar con saludar en otra vuelta al redondel.

Esto es lo que aconteció aquella tarde. ¿Pero cómo se llamaba aquel bravo animal cuyo nombre se omite en el libro que ha visto la luz? La respuesta es que aquel toro llevaba por nombre 'Rompevientos' , número 67, guarismo 6. Era hijo de la vaca de igual nombre, número 381, y del semental 'Almejito', número 108.

Otro detalle que se obvia, seguramente motivado por qué no obtuvo el premio de la vuelta al ruedo, es el juego del toro 'Bengala' también del hierro jerezano de Torrestrella, lidiado el día 26 de mayo de 1989. Ese día hubo movimiento de corrales, nihil novum sub sole, y la corrida de Ramón Sánchez fue desechada. Se suplieron los anunciados con tres toros de Javier Osborne, jugados en primer, quinto y sexto lugar, y otros tres con el hierro de Álvaro Domecq. Pues bien el tercero de los jugados, de nombre 'Bengala', número 80, guarismo 5, fue uno de los toros más bravos, por no decir el que más, lidiado en Los Califas. Negro de capa desarrollo bravura en los tres tercios, siendo lucido de manera poco egoísta por su matador, Emilio Oliva. El de Chiclana no estuvo mal, pero pudo y debió estar mejor. Su punto flaco, la espada, le privo de cortar los máximos trofeos y posiblemente de despejar un camino que al final se le cerró para siempre. La cabeza de 'Bengala' decir que se encuentra en la plaza cubierta de 'Los Albujeros', regalada por los hermanos Camará y Antonio Pérez Barquero, al criador de tan bravo animal. Como dato curioso hay que decir, que este toro era hijo del semental 'Ingresado', número 144, del hierro de 'Jandilla', padre de muchos toros premiados con la vuelta al ruedo e incluso indultados por su excepcional juego.


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