8/08/2012

POR LA RECUPERACION DEL TERCIO DE VARAS.



La lidia tiene tres tercios. Tercios que son, o deben ser, como los actos de un drama teatral. En el primero se mide la bravura del toro en el caballo. En el segundo se le aviva tras el quebranto sufrido. En el tercero se le prepara para su muerte. Los tres tercios son la esencia y la tradición de la lidia. Y no porque nosotros lo digamos, es lo que nos han legado y nos encargaron que mantuviésemos.
Hoy no somos obedientes en la conservación del legado transmitido. Se está maltratando la tradición. Hay quien dice, de forma errónea, que las tradiciones dejan de serlo cuando se rompen. La lidia moderna, la de hoy, la que nos imponen unos personajes indignos tarde tras tarde, ha dejado de dividirse en tres actos. Todo está centrado en el tercio antes llamado de muerte, hoy de muleta. Un toro, menos toro que nunca, lo permite gracias a una selección equivocada e impuesta por los que todo manejan a su antojo e imponiendo sus criterios.
El primer tercio, antaño importantísimo, se ha convertido en un mero trámite. El toro sale del toril sin pujanza, sin brío, desnudo de alma, solo es una mole de carne obediente y seleccionada para no vender cara su vida. El baremo de la bravura ya no es el caballo. Ya no es ver como el animal acude una y otra vez, hasta tres veces estuvo reglamentado, a una herramienta que le dañaba y a la que misteriosamente volvía una de forma incomprensible creciéndose ante el castigo. Los misterios del toro. Allá donde se le hería, volvía a vengar la afrenta, sin importarle volver a ser herido. Era la bravura, carácter que hace a nuestro tótem ibérico distinto a las demás especies bóvidas.

Hoy el toro no tiene oportunidad de luchar. Es derrotado en un primer encuentro con el equino. Es lacerado, sangrado, hasta dejarlo enormemente quebrantado. Se maltrata con ello la lidia, al toro, al espectador y a la tradición misma. También de forma indirecta muchos profesionales se faltan el respecto a si mismos. Los hay magníficos, hombres expertos en la doma, la monta y la lidia. Entre la nómina actual de picadores hay grandes toreros, porque son toreros a caballo. Toreros que en el campo durante las faenas de tienta y en las plazas que así lo demandan,  por negarse a someterse a los dictados del sistema imperante, lucen a los toros y muestran lo que es su pujanza, así como la singular belleza del, ignorado hoy, primer tercio.

La noticia ha saltado hoy. Los aficionados prácticos y la UTE Toros Malagueta han decidido poner en valor el primer tercio durante la próxima feria de la capital de la Costa del Sol. Lo malo es que solo lo van a potenciar una tarde, la de los Guardiolas que serán lidiados por El Fundi, José Luis Moreno y Luís Bolivar. Se señalará a los espadas el lugar donde deben de colocarse los toros. Magnifica iniciativa y que aplaudimos por su demanda de una lidia total y completa. ¿Pero por qué una sola tarde? ¿Por qué no toda la feria? ¿Acaso los demás festejos no son corridas de toros? Este es el problema, la demanda debe de ser para siempre y no para un festejo en concreto. No debe de quedar como el capricho de un día, tiene que ser una exigencia de recuperar algo que se nos está robando tarde tras tarde. Es la hora de que el espectador exija lo que le corresponde, es su obligación también, como consumidor de un espectáculo. No hay que plegarse a los intereses del sistema que está pudriendo la fiesta.
Iniciativas como esta deben de ser tenidas en cuenta. El tercio de varas debe de tener la importancia que tuvo y que la tradición hasta ahora nos ha mantenido. No hay que dejar que languidezca más. Hay que alzar la voz, pero no una, si no tarde tras tarde hasta que la lidia brille integra y completa.


3 comentarios:

Unknown dijo...

Querido Salvador, solamente hacerte una corrección, no será El Fandi, sino El Fundi el que actuará en esa corrida, que además será la de su despedida en Málaga. Creo también que ese premio no debiera restringirse a un único festejo.

Un cordial saludo

Córdoba Taurina dijo...

Me traicionó el subsconciente. Tanto Fandi empacha tanto que sin quererlo te sale. Ya está arreglado. La pregunta que me hago es: ¿Por qué esta tarde y no durante todo el abono?

Manuel dijo...

Esa tarde solo, porque quizás sea la única en la que los toros tengan fuerza para ser picados como dios manda.