Vivimos en unos tiempos confusos. La pérdida
de valores que vive nuestra sociedad, ha hecho que en muchas ocasiones la
legislación vigente no sea cumplida, o si se cumple, se suele hacer un uso
arbitrario de la misma con una interpretación propia y siempre mirando por
nuestros intereses.
El mundo de toro no podía ser menos. La
reglamentación se suele violentar con mucha frecuencia, demasiada diría yo, en
detrimento del espectáculo y su principal consumidor, el público, y en
beneficio de este sistema impuesto que está dañando sobremanera los pilares
básicos de la fiesta de los toros.
Este fin de semana pasado hemos vivido
un caso complejo de difícil explicación. Y es que en la organización de festejos
menores se da, en numerosas ocasiones, una simbiosis de compleja compresión si
a la normativa actual nos basamos. Me estoy refiriendo a las denominadas clases
prácticas.
Que conste que soy consciente de la
organización de festejos menores por su importancia. Son el futuro del espectáculo. Hay que buscar
nuevos valores que en un momento puedan tomar el relevo e insuflar aire fresco
a los escalafones superiores. Pero ojo, hagamos las cosas bien. Ya hace algún
tiempo, José Daniel Rojo en su blog Malaka Taurina puso el dedo en la llaga. No
obstante a su denuncia las cosas no han cambiado y se siguen haciendo de la
misma manera.
El pasado sábado la gran final del XVIII
ciclo de novilladas de Fomento de la Cultura Taurina de Andalucía celebrado en
Belmez fue una clara muestra de lo expuesto anteriormente. El festejo
organizado, según cartel, por la Escuela Taurina del Circulo Taurino de Córdoba
y la Asociación Andaluza de Escuelas de Tauromaquia “Pedro Romero”, con el
patrocinio de la Consejería de Gobernación y Justicia y de Canal Sur TV, fue
anunciado como clase práctica.
Pues bien, el Decreto 112/2001, de 8 de
mayo que aprueba el Reglamento de Escuelas Taurinas de Andalucía, nos deja muy
claro que en el festejo del sábado hubo más de una anomalía.
En el artículo 16 de citado reglamento,
donde se habla de las clases prácticas, su punto 1 deja claro lo siguiente: “Las escuelas taurinas podrán organizar para
los alumnos de éstas, dentro de sus planes de actividades formativas, la
celebración de clases prácticas con reses a fin de garantizar su adecuada
preparación como futuros intervinientes en espectáculos taurinos.”
Aquí llega por tanto la primera
pregunta. Los actuantes en dicho festejo son alumnos de las escuelas taurinas
de Ronda, Badajoz y Sevilla. ¿Qué consideramos como alumno? Según el
diccionario de la Real Academía Española es “Discípulo, respecto de su
maestro, de la materia que está aprendiendo o de la escuela, colegio o
universidad donde estudia.” Pues teniendo en cuenta la acepción del
DRAE y el artículo anterior, es alguien que se está formando en una escuela
taurina como futuro interviniente en un espectáculo taurino. Pues bien en el
reglamento taurino de Andalucía aprobado mediante Decreto 68/2006, se dice que las clases de
espectáculos taurinos son corridas de toros, novilladas con picadores,
novilladas sin picadores, rejoneo, becerradas, espectáculos mixtos, festivales,
toreo cómico y otros espectáculos singulares, históricos o conmemorativos. Está
claro que los alumnos de una escuela taurina se forman para, una vez
preparados, actuar como profesionales perdiendo, una vez debidamente formado,
la condición de alumno de la escuela taurina.
Pues aquí es donde viene la primera
sorpresa, pues previa consulta en el Registro de Profesionales Taurinos del Ministerio
del Interior, los actuantes aparecen inscritos como PROFESIONALES en la categoría
de novilleros sin picadores. En concreto Sergio Páez, número de inscripción
8276, figura dado de alta el día 15 de julio de 2009. José Garrido, segundo de
los actuantes y con número de inscripción 8519, con fecha 2 de febrero de 2010,
y Lama de Góngora, inscripción 8724, resultó inscrito el día 12 de julio de
2010. Por lo tanto estimo que si están inscritos como profesionales, bien con
el visto bueno de algún profesional de superior categoría o mediante
certificado de capacidad emitido por sus respectivas escuelas taurinas, han
perdido su condición de alumnos para pasar al grado profesional, por lo que no
pueden participar en una clase práctica como tal.
Otra de las incógnitas es lo legislado
en el apartado e) del punto 2 del artículo 16 sobre clases prácticas, que dice
textualmente lo siguiente: “Deberá actual
como director de lidia de la clase práctica un profesional con categoría de matador
de toros o novillero con picadores que haya actuado un mínimo de veinticinco
novilladas picadas.” En Belmez, como en todo el ciclo, la figura del
director de lidia marcada en la legislación ha brillado por su ausencia, por lo
que el reglamento ha sido nuevamente infringido.
Son solo dos botones de muestra de la
complejidad y simbiosis a que se está llegando en estos espectáculos menores, a
los que hay que proteger y cuidar exigiendo facilidades administrativas, económicas
y fiscales, puesto que son el principal modo de fomentar y buscar savia nueva
para la fiesta, pero que no nos mezclen las churras con la merinas como en
muchas ocasiones se viene haciendo.
4 comentarios:
Suscribo todo lo que usted escribe, tan solo, y por dejar claras las cosas, decir aquella entrada en Malakataurina la firmé yo, ya que en aquella época era responsable de dicho blog junto a mi entrañable amigo José Daniel Rojo, que es quien actualmente es único responsable del mismo.
Un cordial saludo
Pepe Pastor
Perdona Pepe pero pensé que había sido José Daniel. En resumidas cuentas un híbrido que se han sacado de la manga. O novilladas sin picadores, o clases prácticas, ahora híbridos así, no. Clase práctica para el despunte de pitones, pagar menos, etc.. solo mirando los intereses de unos pocos que incluso en este ciclo mueve dinero público de la Junta de Andalucía. Se que esto va a escocer, pero para eso estamos.
Estimado Salvador, he comprobado en el registro que una inmensa mayoría de "alumnos" que participarán en el próximo Certamen de la Malagueta están registrados como profesionales "Novilleros sin picadores". Como bien dices, ya denuncié esto hace tiempo, y para nada, bueno si para ver las caras de cabreo en ciertas gentes. Voy a volver a hacerlo, sirviéndome de parte de lo que tu has escrito con tu permiso. Ya está bien de tanta tomadura de pelo, aunque no servirá para nada. Y aunque escueza a más de uno estoy en la obligación de denunciarlo, como tu bien has hecho.
Un abrazo
Obviamente y sin problema alguno. El registro guarda muchas y muchas sorpresas.
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