Los días pasan y no se sabe nada de los nuevos
gestores del coso de Los Califas. La propiedad, tras la “espantá” de Chopera, dijo
que se trabajaría sin prisa, pero sin pausa, pero al día de la fecha aún no ha
trascendido nada a la opinión pública. Los tiempos son difíciles para todos, y
ser empresario de una plaza a todas luces deficitaria, no tiene mucho atractivo para ningún
empresario solvente y de reconocida profesionalidad. Solo queda la espera. La
propiedad, me consta, esta trabajando en ello. Dejémosle un margen de
confianza, al fin y al cabo, ellos son los principales interesados en encontrar
a alguien capacitado, y que este dispuesto a trabajar en pos de la recuperación
de una plaza que se encuentra bajo mínimos.
Obviamente habrá que cambiar el modelo. No se
puede centrar la temporada cordobesa en la semana de feria. Es un autentico despropósito.
Córdoba no puede soportar los festejos que ha venido hasta ahora en una sola semana.
Las últimas empresas que han gestionado la plaza de toros, venían en feria,
daban todos los espectáculos en la semana festiva y se despedían hasta el año
próximo. Así se fue perdiendo, poco a poco, el carácter de plaza de temporada. Fechas
como las de San José, el Corpus, Santiago, o las del mes de septiembre, fueron
cayendo en el olvido. Fechas tradicionales de las que solo lo más mayores se
acuerdan.
La feria fue siempre corta. Tres corridas de toros
y pare usted de contar. Las hemerotecas así lo ratifican. Solo con el “boom” de
El Cordobés, en los años sesenta, o la “finitomania” en los noventa, se rompió
la tradición. Luego había fechas que eran un clásico en la temporada cordobesa.
Fechas que se fueron perdiendo, por la causa puesta de manifiesto
anteriormente, ser suprimidas por “decreto”, caso de la feria de septiembre, o
bien por haber dejado de ser festivas en el calendario.
El nuevo gestor, asesorado por la propiedad, tiene
que volver a retomar el modelo que siempre funciono. Cierto es verdad, que
muchas fechas han desaparecido, como ha quedado dicho, del calendario festivo. También
que el espacio lúdico se ha abierto de forma más que notable. Pero se debe de
intentar. Hacer una feria más corta, es sinónimo de que los carteles tengan mas
remate, y con ello tenga más atractivo para el espectador. Lo demás es
imaginación al poder. A la fiesta en Córdoba le falta imaginación y revolución
a la vez.
La recuperación de festejos para noveles y
novilladas con picadores deben de tener cabida en la temporada cordobesa. Es
triste que mañana muchos cordobeses nos tengamos que desplazar hasta la ciudad
de Sevilla, para presenciar la actuación de dos toreros que levantaron mucha
expectación el pasado mayo. Rafael Reyes y Javier Moreno “Lagartijo”, o Javier
Moreno “Lagartijo” y Rafael Reyes, han hecho que el dormido interés de la afición
cordobesa se haya al menos desperezado. ¿Tan difícil hubiera sido repetirlos
alguna noche del mes de junio? Seguramente
no. Menos mal que Sevilla esta hoy más cerca que nunca y allí si han tenido el
gesto y la visión de que pueden ser los que nos despierten del letargo que últimamente
nos tiene embotados.
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