5/27/2012

MEDIO TORO V.2.0


En el pecado llevan la penitencia. Lo malo que con sus faltas hacen a la afición pasar por un purgatorio inmerecido. Las figuras del toreo llevan exigiendo desde hace tiempo un toro a modo. Un toro de poco volumen, lavado de cara, justo de remate y lo que es peor, carente de raza y espíritu de lucha. Con él se permiten andar tarde tras tarde acomodados a su falta de espíritu heroico. Las lidias han pasado de ser un combate a muerte, a un juego en el que el hombre parte con ventaja. Ya ha quedado escrito. La heroicidad en el toreo ha pasado a la historia. Los criadores de toros de lidia, se han plegado a los intereses de los espadas. Han entrado en su juego. Crían el toro deseado por los primeros y han echado agua al vino, rebajando así la sangre brava de la mayoría de las ganaderías existentes. Solo unas pocas han resistido entrar en el juego. Por romanticismo, por tradiciones familiares y por amor al toro con unas características que jamás debió perder. También estos ganaderos están pagando un precio por su integridad. Les cuesta un mundo dar salida a los productos criados. Solo el mercado francés les mantiene en candelero, así como contadas plazas del norte y aficiones mucho más escrupulosas que la nuestra. Los espadas de relumbrón les dan de lado a sus camadas, los taurinos de turno y prensa oficialista los proclaman como criadores de toros anacrónicos para esta fiesta moderna. Son la reserva espiritual para muchos, la solución a los males de la fiesta. Los domecqs, los cuvillos, los pilares y demás sucedáneos nos han llevado al fin del espectáculo. Hay que exigir una vuelta al toro de verdad. Al toro integro y encastado. A aquél que los oficialistas quieren enviar al matadero. Con este medio toro la fiesta está condenada, al igual que todos los que lo reclaman, a los infiernos. O se cambia el modelo, o mal camino llevamos. La tragedia es necesaria para la fiesta, como afirmó Fernando Pereira Palha, si continuamos buscando el medio toro V 3.0, la corrida de toros desaparecerá sin influencia externa. El mal está dentro y no en los tejemanejes de Anselmi.

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