Antoñete, in memoriam
10/23/2011
10/18/2011
A RAFAELITO LAGARTIJO EN EL LX ANIVERSARIO DE SU ALTERNATIVA.
Ayer se celebró en Córdoba un homenaje a Rafael Soria Molina "Rafaelito Lagartijo, con motivo del sesenta aniversario de su alternativa. Transcribo a continuación la semblanza que me toco realizar del decano de los matadores de toros cordobeses.
"Excmo.
Sr. Alcalde de Córdoba, Sr. Presidente de “Nueva Plaza de Toros de Córdoba,
S.A.”, dignísimas autoridades locales y provinciales, Sr. don Manuel Benítez Pérez, V Califa del
toreo, toreros presentes, aficionados, señoras y señores, buenas tardes.
Dicen
los que más animadversión tienen a la fiesta de los toros, que ésta vive sus
peores momentos. Se jactan de afirmar que está herida de muerte, que es una
secuela del pasado y que tiene por ello los días contados. La atacan
sistemáticamente por razones varias, como pueden ser una irracional defensa de
los animales, que fuerte es equiparar los presuntos derechos de un animal con
los de un ser humano; por motivos políticos, como se ha visto recientemente en
una región tan taurina como Cataluña, donde Barcelona llego a celebrar festejos
taurinos en dos plazas, Arenas y Monumental, por otros oscuros intereses que se
nos escapan y sobre todo por desconocimiento de la fiesta taurina en sí.
Nuestra
singular fiesta de toros forma parte de la cultura mediterránea, perdiéndose en
el albor de los tiempos sus raíces más hondas. La tauromaquia está
profundamente y desde tiempo ancestral presente en nuestra cultura. No hay nada
más que recordar al Minos cretense o el culto mitraico difundido por los romanos.
Mitología de la fertilidad y el poder. Quien ataca a la fiesta de los toros
está atacando lo más profundo de nuestra cultura más primigenia, ignorando la
importancia que los juegos con los toros han tenido siempre entre todos los
países mediterráneos, especialmente en la península ibérica. Aquí es donde se
desarrolló como un espectáculo de gran belleza plástica, que ha llevado a
artistas e intelectuales de diversos campos a cantarla, exaltarla y
engrandecerla.
De
ahí que reconocer en estos tiempos la magnitud real de la fiesta de los toros,
es conocer nuestra historia, nuestras costumbres y nuestra cultura. Así se está
demostrando ser consecuentes con el legado de nuestros antepasados, velando por
su conservación y su transmisión a las generaciones que nos sigan. No hay que
tener complejos, ni avergonzarse por amar la fiesta a la que García Lorca
calificó como “la más culta que hay en mundo”, hay que luchar por su defensa,
por su enaltecimiento y difusión, sin complejos ante tanta progresía vacía de
fondo y contenidos, que pretende cercenar algo intrínseco en la cultura de
España y de todos los españoles.
Sin
complejos. Así es como hay que andar entre todos los movimientos contrarios a
la fiesta. Como sin complejos anda nuestra corporación municipal, nuestros
representantes, a quien hay que agradecer que este homenaje que hoy celebramos,
haya tenido un respaldo institucional
hasta ahora inédito. Digno de elogio que en el día de hoy nuestro ayuntamiento,
en unión de la Sociedad Propietaria de la nueva plaza de toros, haya promovido
este homenaje al decano de los matadores de toros cordobeses en el LX
aniversario de su alternativa.
Córdoba
goza de gran prestigio en el llamado planeta toro. Se cuenta que las praderas
aledañas a Médina Azahara, fueron testigos mudos de la crianza del toro y del
caballo. Con los tiempos las fiestas de toros y cañas se fueron afianzando en
la ciudad celebrándose en festividades y conmemoraciones. El Campo Santo de los
Mártires, la Corredera o el campo de la Merced se convirtieron en escenarios
improvisados de la lucha sin cuartel de la fuerza bruta del toro contra la
racionalidad humana.
Era
la génesis de la Córdoba taurina, aquella que con su Califato taurino ha pasado
a la historia. Desde la época del romanticismo hasta nuestros días, Córdoba
siempre ha tenido algo que decir en la historia del toreo. Córdoba fue testigo
del nacimiento del torero denominado artístico, cuando Rafael Molina
“Lagartijo” pisó las arenas en la
centuria decimonónica. Igualmente y no muy alejado en el tiempo de su
predecesor, con quien se formó, Rafael Guerra “Guerrita”, marcó una época de
absolutismo en la fiesta donde impuso criterios, poder y una nueva visión del
toreo. Más tarde, en la época más dura, principios del siglo XX, Rafael
González “Machaquito” con su pundonor, valor y una suma perfección estoqueadora
paseó el nombre de Córdoba por todo el mundo taurino. Tardó en llegar al toreo
aquél que terminase lo iniciado por “Guerrita” y continuase en la llamada edad
de oro de manos de Joselito y Belmonte. Con “Manolete”, espejo de nuestro
homenajeado hoy, llega la suma
perfección de lo que al final de siglo iniciara el II Califa. El toreo es
quietud, mando, poder sobre el animal, estoicismo, verdad. Manuel Benítez “El
Cordobés” cierra, por ahora, el califato taurino. Su época fue la de la
revolución, los cambios, el carisma, la heroicidad. España vio en “El Cordobés”
un ídolo, un modelo, una manera de salir de la nada. Muchos fueron los jóvenes
que trataron de emular al último califa y la fiesta se revitalizó de forma más
que notoria.
Córdoba
pesa, y mucho, en el toreo. Por eso mismo, el toreo forma parte de las entrañas
de Córdoba. Ha llegado la hora de dar el paso adelante y declarar la fiesta de
los toros Patrimonio Inmaterial de Córdoba, como están haciendo muchas ciudades
y pueblos con menos tradición e historia que esta cuna de Califas. Para ello las
instituciones y los cordobeses tenemos la última palabra.
Pero
no estamos aquí hoy reunidos para defender la fiesta que tanto amamos. Aunque
con la que está cayendo, no está de más. Hoy nos congregamos en este Salón de
los Mosaicos de este noble edificio, para una conmemoración. Para celebrar el LX aniversario de la
alternativa, como ha quedado dicho con anterioridad, del decano de los
matadores de toros cordobeses. Rafael Soria Molina. Rafaelito Lagartijo en los
carteles.
Sesenta
años han pasado desde que el día 7 de octubre de 1951, José María Martorell, en
presencia de Calerito, le cediera en la plaza de toros de Montoro la muerte de
“Rodilla”, toro herrado con el pial del Duque de Pinohermoso.
Sesenta
años han pasado, pero Rafael todavía se siente torero. No hay nada más que
verlo cuando pasea por Ronda de los Tejares camino de Siroco. Su apostura
torera es innata. Los años, ni tampoco la banca, han dañado su imagen juncal y
gallarda. Y es que la técnica del toreo se puede asimilar a base de torear,
pero que quede muy claro que el torero además nace. Y Rafael nació torero.
Corría
el año 1930 cuando su padre, Fernando Soria Casanova, administraba tierras en
Ecija. Accidentalmente su madre, Dolores Molina Sánchez, se puso de parto y Rafael
se vio obligado a nacer en la ciudad de las Torres, el día 15 de enero. Fue
bautizado en la parroquia de Santa María de la capital ecijana, siendo su
padrino de pila, nada más y nada menos, que su bisabuelo el genial Juan Molina,
hermano del Lagartijo el Grande, posiblemente uno de los mejores peones de
brega de la historia del toreo. Decir que nuestra Córdoba no solo ha sido cuna
de toreros de oro, sino también de grandes toreros de plata y azabaches.
Rafael
no podía ser nada más que torero. Biznieto de Juan Molina, nieto de Rafael
Molina Martínez “Lagartijo Chico” y sobrino de Manuel Rodríguez “Manolete” con
quien convivió y se formó como hombre y como torero.
A
pesar de haber nacido y ser bautizado en la vecina Ecija, Rafael no se siente
nada más que cordobés. Se cría en el castizo barrio de Santa Marina en la plaza
de la Lagunilla. Allí discurren sus primeros años como los de cualquier niño,
entre juegos, hoy por culpa de los modernos videojuegos desaparecidos, como
piola, el escondite,…y incluso la pelota. Pero pronto la figura de su tío
Manuel le cautiva, le absorbe, tanto que es testigo de los entrenamientos del
IV Califa en el patio de la casa y con él empieza a torear de salón. El toreo
se convierte en el mejor de sus pasatiempos. Para su tío se convierte en un
pequeño confidente a quien le cuenta un sinfín de cosas relacionadas con la
profesión. En 1942 y cuando Rafael tiene doce años ante alguna actuación
adversa en Sevilla le confiesa: “Sobrino
estoy entrenando a ver si mañana puedo estar bien. No sé lo que me pasa, pero
no estoy entendiendo este año a los toros que me están saliendo en Sevilla. En
esa plaza, particularmente, nunca se puede estar mal.”
¡Con
solo doce años! Manolete se sincera mucho con su sobrino. “Rafael, un torero está mal cuando no comprende por qué no ha podido
estar bien. Eso es lo que me está pasando en Sevilla este año.” , le
termina diciendo tras esos días grises en la Real Maestranza.
Manolete
ve en su sobrino su mejor confidente, y Rafael ve en Manolete un espejo ideal
para mirarse. Rafaelito está decidido a ser torero. Conoce lo dura que es la
profesión, pues su tío le ha pedido que presencie en alguna ocasión la cura de
alguna herida. Manolete es quien lo lleva a los primeros tentaderos. Es allí
donde comienza a forjarse un nuevo torero en ciernes. Torea su primera becerra,
pura de “garciapedrajas”, siendo aún un niño en la ganadería de Mariano
Fernández que pastaba en Almodóvar del Río.
El
debut con el “chispeante” no se hace esperar. Es el día 20 de mayo de 1946 en
la centenaria plaza de Priego de Córdoba, recientemente remozada, en compañía
del que más tarde fuera su padrino de alternativa José María Martorell. La
presentación con picadores no tarda. Es el 15 de agosto de 1946 en la plaza de
toros de Almendralejo siendo acompañado por Manolo Navarro y Juanito Bienvenida.
Ese
mismo año tiene su presentación en Córdoba en la desaparecida plaza de los
Tejares, el día 1 de septiembre se celebra una novillada organizada por la
Asociación de la Prensa. En el cartel Rafaelito Lagartijo acompañado por Martorell
y José Moreno “Joselete”.
Tras
la temporada se encierra con su tío Manolete en el campo. Es la época donde el
IV Califa se recluye en el campo charro.
Allí disfruta del campo, del toreo, bebe de las fuentes del mejor torero
de la época y desarrolla un conocimiento innato en el conocimiento de los
toros. Hace algunos años me comentó que ese invierno, estando con su tío en la
finca de Atanasio Fernández en Salamanca, Manolete se “jartó” de torear a una
vaca hasta la saciedad. Mucho y bien. Cuando Manolete se cansó, le dio la
muleta y le dijo: Venga niño, ahora tú.
Cuando nadie apostaba nada, Rafael le hizo otra faena a la brava becerra. El
secreto. Darle aire y no molestarla hasta que se viniese arriba. Rafael siempre
supo ver muy bien a los toros. Así se lo confesó a nuestro compañero Rafael de
la Haba en entrevista publicada en el Diario Córdoba.
“Me
veía con cualidades y, además, me fijaba mucho en el toro y sabía verlo…Cuando
toreaba mi tío en Córdoba me metía de pescozón en la plaza. Desde los siete
añillos hasta los 14 años me estuvo llevando, porque ya con 15 años él dejó de
torear en Córdoba. Fue cuando se enfadó Camará el apoderado del torero con
Escriche el empresario de Los Tejares. El no tenía culpa. Quería torear, ¡ya
verás!, él que llevaba Córdoba por todos lados. El caso es que cuando me
llevaba a la plaza yo me fijaba mucho en el toro, me lo estudiaba. Hombre, te
diré que muchas veces discutían mi tío y Camará después de una corrida sobre
cómo había sido un toro y se decían: "Espera que venga el niño". Cuando
llegaba me preguntaban cómo había visto tal toro, le daba mi opinión y se
decían el uno al otro: "Tú ves".
Muchas
fueron las vivencias de Rafael con su tío Manolete. En cierta ocasión, en entrevista que le hice para la revista “La
Montera”, me contó que antes de partir para Salamanca en ese invierno a que he
hecho mención con anterioridad, sentados a la mesa Doña Angustias, Manolete y
Rafael, le preguntó el Monstruo: “Niño,
¿tú porque quieres ser torero?” respondiéndole Rafael: “Pero tito, ya toreando con picadores me haces esas preguntas”, a
lo que le respondió Manolete muy serio: “¿Tu
sabes lo malo que es un purgante?. Pues ser torero es como tomarse todos los
días un purgante y salir a torear.
Su
tío es su espejo. En él se mira. Como torero y como persona. Manolete ve en su
sobrino un torero excepcional, tanto que llega a decirle a Doña Angustias: “este siendo la mitad que yo, va a ganar el
doble de dinero que yo.” Pero en agosto de 1947, Islero rompe el espejo. Rafael es testigo de la tragedia. Manolete
que tenía la ilusión de apoderarlo, ante su inminente retirada, le cierra esa
misma mañana en Linares una novillada en Barcelona con Balaña. Novillada que
torea el 18 de septiembre triunfando con rotundidad en la ciudad Condal,
cortando dos orejas y saliendo por la puerta grande. Al principio la tragedia
de Linares no parece afectarle como torero. El día 8 de septiembre, actuó en un festival en Posadas donde estuvo en figura.
Al día siguiente, hace el paseíllo en Lucena, con José María Martorell y
Pablito Lalanda, cortándole las dos orejas y el rabo al único novillo que mato,
porque cosas de la época, en su segundo, el quinto de la tarde, se apagó la
luz, y como no hubo forma de encenderla se tuvo que suspender la novillada. De
ahí a Baza el día 14 donde cortó seis orejas. Luego, el 21 a Valencia donde no
pudo estar bien y terminar en Córdoba el día 24, en la desaparecida feria de
septiembre, donde cortó un rabo.
En 1948 torea un buen número de festejos,
concretamente veintisiete. Al año siguiente se presenta en Madrid, el día 16 de
junio, alternando con Manuel Carmona y Calerito, estoqueando una novillada de
Juan Cobaleda y Alicio Tabernero. Poco a poco va decreciendo el número de
actuaciones. A Rafaelito Lagartijo se le había roto el espejo donde se miraba y
el pilar donde se sustentaba. Su tío, el hombre y el torero, ya no está
presente. El ánimo se viene abajo. El vacio de Manolete es notorio. A esto hay
que unir la enorme contrariedad sufrida de ver como faenas de mucha solvencia y
peso, son mal rubricadas con la espada, no alcanzando la repercusión deseada.
Entre Carlos Arruza y José Luis de Córdoba echan a
rodar la magna corrida pro monumento a Manolete. Rafaelito Lagartijo tiene que
tomar la alternativa si quiere formar parte del cartel. Aunque existía el
compromiso de José Escriche de que la tomara en la feria de mayo de 1952, se va
a Montoro hace ahora sesenta años, a doctorarse como matador de toros para
poder actuar en la corrida homenaje a aquel que tanto quiso y que lo formó como
hombre y como torero.
En la corrida del monumento deja su sello. Aún
cuentan los que la presenciaron un muletazo inverosímil. Faena breve pero con
muchos quilates. Se dice que lo bueno si breve, dos veces bueno. La espada le
privó de un triunfo ese día. Luego la campaña de 1952 es corta, tras actuar en
Oviedo, en compañía de Pepín Martín Vázquez y Calerito y de matar una seria
corrida de toros en su Ecija natal, Rafaelito Lagartijo decide dejarlo pese a
tener unas pocas de fechas cerradas. Su padre le aconseja que medite la
decisión argumentando que sus cualidades son únicas y hay que aprovecharlas.
Rafael decide no torear durante un tiempo y madurar la medida adoptada. Es
entonces cuando surge la ocasión de trabajar, gracias a la gestión de Luis
Sarazá, en una conocida entidad bancaria. Rafael se olvida definitivamente del
toreo, aunque siga siendo torero y viva como tal.
Hoy
Córdoba le homenajea en recuerdo de su sesenta aniversario como matador de toros,
pues a pesar de estar muchos años retirado, Rafaelito Lagartijo, nunca ha
dejado de ser algo para lo que nació. TORERO, aunque posiblemente sesenta y
cuatro años atrás un toro de Miura, sesgara además de la vida de un torero sin
igual, la prometedora ilusión y fulgurante carrera del decano actual de los
matadores de toros de esta Córdoba califal."
HOMENAJE A LAGARTIJO EN EL LX ANIVERSARIO DE SU ALTERNATIVA.
HOMENAJE
A UN TORERO VETERANO
CÓRDOBA RECONOCE A “LAGARTIJO” AL CUMPLIR 60 AÑOS COMO MATADOR DE TOROS
El siete de Octubre de 1951 José
María Martorell en presencia de Manuel Calero “Calerito” le da la alternativa a
Rafael Soria “Lagartijo” en la plaza de toros de Montoro.
De esta fecha se han cumplido
sesenta años y el Ayuntamiento, con la colaboración de la Sociedad Propietaria
de la Plaza de Toros, ha rendido un homenaje de reconocimiento a este querido
matador de toros, que aunque nació en Écija vive desde muy temprana edad en
Córdoba.
El acto de homenaje se desarrolló en
el Salón de los Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos y contó, además de
con la presencia del Alcalde José Antonio Nieto, con la asistencia de un puñado
de toreros, aficionados y familiares del homenajeado.
El escritor taurino Salvador Jiménez
glosó la trayectoria profesional de “Lagartijo” y a continuación fue
concediendo la palabra, respectivamente, a Tomás González de Canales,
Presidente de la Sociedad Propietaria de la Plaza de Toros, Rosario Alarcón,
Vice-presidenta de la Diputación, José Antonio Nieto, Alcalde de Córdoba y a
Manuel Benítez “El Cordobés” que aparte de dedicarle a Rafael Soria unas
cariñosas palabras, realizó un alegato en defensa de la Fiesta de los Toros.
También intervino uno de los hijos del homenajeado, cerrando el turno de
intervenciones “Lagartijo”, que, muy emocionado, se limitó a agradecer este
reconocimiento y deseó larga vida a la Fiesta de los Toros.
Inmediatamente se procedió a entregarle
recuerdos del acto. El Alcalde José Antonio Nieto le entregó una réplica en
plata de la Mezquita-Catedral, la Sociedad Propietaria una placa conmemorativa del acto y Manuel
Benítez “El Cordobés”, V Califa del toreo, una medalla de oro con la esfinge de
San Rafael.
Terminado el protocolo, se sirvió
una copa de vino.- L.R.G.
10/12/2011
ANA RITA SE METE AL PUBLICO EN EL BOLSILLO PESE A SUS CARENCIAS.
MONTORO PONE PUNTO Y FINAL A LA TEMPORADA EN LA PROVINCIA DE CORDOBA.
GANADERIA: Seis toros,
reglamentariamente despuntados para rejones, de Jodar y Ruchena. Bien
presentados, cinqueños y de buen juego para las cabalgaduras. Destacaron los
corridos en 4º, 5º y 6º lugar.
REJONEADORES: JOSE LUIS
CAÑAVERAL. Oreja y oreja.
LOPEZ BAYO. Oreja y
oreja con petición de la segunda.
ANA RITA. Ovación con
saludos tras tres avisos oreja con petición de la segunda.
INCIDENCIAS. Plaza de
toros de Montoro. Corrida de rejones con motivo de la feria de Nuestra Señora
del Rosario. Menos de media entrada en tarde de agradable temperatura. José
Luis Cañaveral y López Bayo sustituyeron respectivamente a Lea Vicens y Luis
Valdenebro. Al finalizar el festejo los tres rejoneadores salieron a hombros
por la puerta grande.
Cuando parecía que no,
Montoro, una vez más, ha puesto el broche de oro de la temporada en la
provincia de Córdoba. Una temporada que se ha visto marcada por la profunda
crisis que atravesamos y que ha hecho que los festejos en nuestra provincia
hayan sufrido una notable disminución. Finalmente el esfuerzo de la nueva empresa, Onuba Taurina, S.L., y
del ayuntamiento han hecho que la tradición no se interrumpa, cuando todo
parecía indicar que el coqueto coso montoreño no pondría su tradicional punto
final a la campaña, lo ha hecho con una corrida de rejones con tres
rejoneadores de distintas nacionalidades que hizo que el mismo fuese anunciado
como corrida internacional, aunque finalmente no pudo llevarse a cabo, pues tanto la francesa Lea Vicens, como el sevillano Valdenebro, no pudieron actuar por no haberse aún doctorado como rejoneadores matadores de toros.
La única superviviente
del cartel original, la rejoneadora portuguesa Ana Rita, conocida por sus
intervenciones de los certámenes televisados por Canal Sur, fue la triunfadora moral del festejo. La amazona lusa sigue con sus
mismas virtudes y con sus mismos defectos. Con una gran evolución en su
carrera, sigue siendo valiente como ella sola, a veces rayando la temeridad,
con una afición a prueba de bomba y con una gran simpatía, conectando
rápidamente con los públicos. Por el contrario su falta de temple, su celeridad
en la ejecución de las suertes y el mal uso de los aceros afean notablemente
todo lo que realiza en el ruedo. Hizo dos faenas de similar corte y se metió al
público en el bolsillo, tanto que a pesar de escuchar tres avisos en su primero
y volver a estar espesa con los hierros de muerte en el sexto, fue paseada a
hombros y sacada de tal guisa por la puerta grande, todo ello a pesar de cortar
únicamente un trofeo.
José Luis Cañaveral, veterano
rejoneador sevillano, se encargó de abrir plaza. Su primero un animal distraído
no le permitió lucirse plenamente, por lo que su labor discurrió con muchas
desigualdades, destacando sobre todo en los pares a dos manos. Mejor en su
segundo donde puso en evidencia su oficio y logró pasajes que hicieron que el
público se le entregase, aunque su actuación no terminó de remontar el vuelo
que todos hubiesen deseado.
López Bayo se topo,
posiblemente, con el mejor lote del encierro. Su primero que tuvo el único
defecto de ser muy distraído, le permitió lucir en banderillas clavando con
solvencia, lo que a la postre le sirvió para cortar una oreja. Mucho mejor en
su segundo, un berrendo aparejado bravo y codicioso, donde destacó sobre manera
con unas banderillas al quiebro inverosímiles. Cayó de la cabalgadura sin consecuencias y tras estar breve con el rejón de muerte cortó otra oreja que
pudieron ser dos si la presidencia hubiera atendido la petición.
10/08/2011
FUERZA PADILLA
Iba a seguir con el tema de la casta jijona y sucede esto. La fiesta mostró ayer su cara más dramática, la más dura, la más sangrienta y la más dura. Por eso la fiesta es grande. Por su antagonismo. Sus dos polos tan distantes entre sí. La fiesta de los toros es un drama verdadero, donde la muerte y la tragedia forman parte del guión.
Las imágenes son dantescas. La figura de un hombre con el rostro ensangrentado, el ojo fuera de su órbita y acordándose de su familia han dado la vuelta, gracias a las nuevas tecnologías, al mundo. Las reacciones no se han hecho de esperar. Solidaridad y fuerza con Padilla. El jerezano es un torero honrado y profesional. No gustará a los ortodoxos, por sus formas iconoclastas y alejadas del clasicismo, pero Juan José es un hombre que nunca ha pisado la arena para engañar a nadie. Yo soy así. Me tomas o me dejas, pero no te voy a engañar. Curtido en mil batallas, con el toro de verdad, aquél al que todos rehuyen, comenzaba a tener el respeto de todo el mundo, incluso de los más fervientes detractores. Se avecinaban tiempos de tranquilidad, de torear lo que le apeteciera y a un dinero más que lógico. Su camino en el mundo del toro estaba prácticamente trazado y andado. Desgraciadamente un "Marqués", cárdeno de capa, ha truncado unos años en los que el torero de Jerez podía disfrutar de lo que más le gusta, torear y ser feliz junto a los suyos.
He hablado antes de las nuevas tecnologías. La red muestra las noticias de una forma casi instantánea. Las ediciones digitales de los distintos periódicos han seguido de cerca el drama vivido. También estos nuevos modos de información dan al lector la oportunidad de dar su opinión. Aquí es donde he vivido la crueldad humana, la perdida de valores, la falta de ética y moral. ¿Como se puede equiparar la vida de un ser humano a la de un animal? La racionalidad humana siempre estará por encima de todo. Por esto pienso que los autores de estos comentarios, están cegados por el odio, por la bajeza, por la maldad y sobre todo por una falta de humanidad que los hace ser unos hijos de siete cabras.
Pero no hay que hacer caso a esta gente. Ahora lo que hace falta es estar pendientes de un ser humano que ha estado a punto de perder la vida y que ha sufrido en sus carnes toda la crudeza de la fiesta. Por eso Juan José estamos contigo y con los tuyos, esperando que pronto puedas gozar de ellos y que Dios te permita hacer lo que más te gusta. Vivir en torero. FUERZA PADILLA.
10/04/2011
LA CASTA JIJONA, SOLO UN RECUERDO.
La crisis que
atravesamos está golpeando a todos sin piedad. El campo bravo no podía ser
menos. Los ganaderos de casta tratan y luchan por todos los medios colocar sus
productos. Es obvio que el excedente es máximo, al igual que muchas vacadas
formadas en los años de bonanza, con desechos pagados a precio de oro.
Los criadores tienen
que ser muy listos para poder vender. Unos han optado por abaratar precios,
otros por vender las camadas de machos completas a empresarios para que recriados por estos, los
coloquen en sus plazas y otros, pocos eso sí, tiran del marketing.
La reglamentación del
año 1992 nos trajo el indulto del toro de forma oficial. Secundado por toda la
normativa de estos nuevos reinos de Taifas, llamados comunidades autónomas, el
indulto hoy no es más que un premio devaluado. El perdón de la vida no sirve
nada más que para que algunos criadores tengan una publicidad gratuita que es
rentabilizada de forma notoria.
Otros ganaderos, últimamente
están brotando como hongos en otoño, tratan de “vender” que son poseedores de
algo único. Cada vez son más los que presumen de tener en sus campos, una
sangre brava que se creía extinguida desde hace tiempo. Buscan el mercado de
los “indignados” por la homogeneización, más que patente, en la dehesa brava;
de los franceses a los que gusta un espectáculo más dinámico y que ven en los
encastes minoritarios una fórmula válida para la fiesta; y sobre todo el de los
amantes del toro bravo en su máxima expresión, aquellos que demandan la variedad
existente, por desgracia cada vez menos, en la cabaña brava ganadera.
Sorprende por tanto que
castas decimonónicas que se tenían por extinguidas muchos años atrás, aparezcan
como por arte de magia o bilibirloque. Una de estas sangres, que vuelve como
salida de un particular “Jurasic Park”, es la fundacional de Jijón.
Cuando parecía
extinguida, la historia nos lo demuestra con claridad, la vacada de “Peñajara” propiedad
de José Rufino Martín, se convierte en abanderada de la vieja casta castellana,
aquella que “Don Luís” describió a sus toros como “…de bastante alzada y peso, buena cornamenta y de mayor poder y con
más facultades en los remos que los andaluces y aún que los mismos de las
tierras llana de Castilla la Vieja, y bastos de hechuras, que afeaban un tanto
su trapío.”
Haciendo historia hay
que recordar que el actual ganadero adquiere sus presuntos “jijones” en 1997 a
Manuel Rueda, quien la formara con ganado procedente de Baltasar Iban entre los
años 1975 y 1977. Sabido es por todos los aficionados que Baltasar Iban formó
su singular y personal toro, mediante un cruce de vacas procedentes de Juan
Contreras, formada con un desecho de Murube, y sementales de María Antonia
Fonseca procedentes de Juan Pedro Domecq. Por tanto la sangre de Iban es 100%
pura de Vistahermosa a través de Murube y Parladé.
¿Pero qué fundamento
tiene el ganadero para proclamarse poseedor de algo único? Lógicamente alguno
hay, pero muy atrás en el tiempo e históricamente de difícil defensa.
La ganadería que adquiere
Baltasar Iban, pura procedencia Contreras, la compra a Manuel González Martín
en 1957. Este último señor se había convertido ganadero en 1939 cuando adquiere
la ganadería de Jerónimo Díaz Alonso, que a su vez la formara en 1929 al
adquirir a Fernando Sánchez Rico su ganadería. Es durante los diez años en que
la posee Jerónimo Díaz cuando cabe la posibilidad de entrada de sangre “jijona”
pues este señor compra a Julián Fernández 50 hembras sin tentar, alguna es lógico que fuese desechada, que a
su vez procedían de la de Vicente Martínez.
También es sabido que
el legendario ganadero colmenañero, ya era consciente de que sus “jijones” no
se adaptaban a la evolución del toreo y ensayo dos cruces con resultados
distintos. El primero se produjo en 1875 cuando por consejo de Salvador Sánchez
“Frascuelo”, las vacas “jijonas” fueron padreadas con un toro de casta vazqueña
propiedad de Joaquín Pérez de la Concha. Este toro de nombre “Español” era de
capa berrenda en negro que se hizo manifiesta en la ganadería, alternando así
con el colorado encendido habitual. Pero si hay un hecho que marca un antes y
un después en la ganadería colmenareña es el cruce definitivo con otro toro. El
celebérrimo “Diano” de Ibarra que termino de configurar el toro deseado por el
señor Martínez. A “Diano” le siguieron “Dudoso”, también de Ibarra, y “Vinagrero”
y “Ramito” de igual origen ibarreño pero adquiridos ya a Fernando Parladé.
Es de suponer que los
vestigios de sangre “jijona” en la ganadería de Jeronimo Díaz eran mínimos pues
la sangre ibarreña se había convertido en mayoritaria por absorción en la
torada. Si esto ya era así en la primera mitad del siglo XX ¿Qué proporción de
sangre “jijona” puede haber en “Peñajara”? Seguramente mínima. Por muchos
colorados que salgan, el pelo típico de Juan Contreras era el castaño, en las camadas
solo será fachada, reminiscencia nostálgica de algo que pasó a la historia. No
niego que algo de la vieja sangre de “jijón” este palpable en estos bonitos
toros, pero ojo, muy diluida y de forma puramente testimonial.
10/03/2011
LA FIESTA HACE HISTORIA EN AGUILAR
Los actos conmemorativos del XVII aniversario de la Coronación Canónica de la imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta, patrona de Córdoba y de las cofradías cordobesas, me impidieron asistir a la corrida celebrada ayer en la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera.
Esta mañana recibí en el email la información, gráfica y escrita, de nuestro amigo, compañero y maestro, Ladis, que les transcribo a continuación.
"CORRIDA DE TOROS EN AGUILAR
HISTÓRICA CORRIDA
TRIUNFAL EN LA PLAZA OCHAVADA
LOS TRES ESPADAS
SALIERON A HOMBROS
L.R.G.
(2-10-2011)
Plaza: Portátil instalada
en la plaza ochavada. Lleno en tarde
de calor soportable. Se Colgó el
cartel de no hay billetes.
Toros: Encierro de Hnos.Tornay
muy bien presentado, sosos y noblotes con las fuerzas justas. El mejor el primero (
el del doctorado marcado con el nº 108 y de nombre “Ajumo II”.
Finito de Córdoba: siete pinchazos y
dos descabellos ( silencio tras aviso) y pinchazo y estocada caída (dos orejas
con fuerte protesta al palco por conceder un rabo que no había pedido el público).El torero lo rechazó
prudentemente.
Manuel Díaz “El
Cordobés”: estocada
tendida y descabello ( dos orejas con fuerte petición de rabo) y estocada (
oreja con fuerte petición de otra, y enorme bronca a la presidencia por no
concederla)
Rafael Tejada: en el toro de la
alternativa estocada ( dos orejas) y pinchazo, estocada que hace guardia y
descabello ( ovación).
Incidencias: Los tres toreros
salieron a hombros. Terminado el paseíllo se homenajeó al torero local Juanito
Méndez.
Cuando el palco quita el protagonismo a los
toreros, mal asunto. Esta tarde en Aguilar de la Frontera, con un ambiente de
lujo en la portátil montada en la histórica plaza ochavada y con la gente con
ganas de toros y fiesta, el presidente, y sobre todo el asesor, han estado a
punto de aguarlo todo con una decisión absurda. Si el público no solicita los
máximos trofeos, no se pueden conceder aunque el destinatario sea el torero
titular de la Peña de la que el asesor es un apasionado seguidor. Pretendió
hacerle un favor a su ídolo y lo que consiguió fue echarle a los tendidos
encima. Tendidos que estaban muy cabreados por que en el toro anterior le negó
un rabo, pedido por toda la plaza, a Manuel Díaz. No se puede ser juez y parte,
se ha dicho siempre.
En fín, todo quedó en una anécdota negativa
que se podía haber evitado.
Triunfador de la tarde, en número de
trofeos, resultó ser El Cordobés, que
sabe ganarse al público con su entrega y pundonor. A su primer toro lo recibió
con unas verónicas de dentro para afuera muy aplaudidas. Después de un solo puyazo, tónica de toda la
corrida, realizó un quite por chicuelinas que fue lo que acabó de encender a
los tendidos. La faena de muleta la comenzó con ambas rodillas en tierra, como
una tarjeta de visita de lo que vendría después. Le tenemos anotadas, sobre
todo, dos tandas por la derecha con mucho sosiego y muleta baja. También con la
zurda con cadera quebrada, estuvo notable. El toro se fue apagando conforme
avanzaba la faena y en las postrimerías sacó a relucir todo su repertorio
basado en las cercanías y los gestos de complicidad con el público. No faltaron
saltos de la rana y como la espada entró a la primera, la locura estalló. Su
segundo enemigo salió lesionado de la suerte de varas y la labor de Manuel
consistió en mimarlo para que no cayera el animal. Sin embargo el público le
reconoció el tesón y la entrega y aunque los tendidos se tiñeron de blanco
cuando rodó el animal, solo se le concedió una oreja. Los gritos de fuera,
fuera, al palco duraron varios minutos y para el torero se coreó “tu si que
vales” cuando daba una apoteósica vuelta al ruedo.
Finito de Córdoba realizó lo mejor de la
tarde en su segundo enemigo al que recibió con un ramillete de verónicas a pies
juntos y manos bajas de mucho sabor. El animal recibió un puyazo largo que nos
hizo temer lo peor, pero el toro se vino arriba y Finito firmó varias tandas
con la derecha de muleta relajada rematadas con pases de pecho de auténtico
cartel. El Finito de siempre estaba en el ruedo. Las palmas echaban humo. Al
torear al natural ya no había tanta limpieza y retomó otra vez la derecha para
disfrutar y hacer disfrutar al público. El epílogo de esta buena obra lo
emborronó el palco, como ya queda dicho. Así que el torero entregó a su
cuadrilla los trofeos y dio la vuelta al ruedo recibiendo el cariño de la
parroquia. En su primero no alcanzó a tomarle las distancias y aunque hubo
destellos no consiguió realizar una faena maciza.
Abría cartel el torero de Ronda, Rafael
Tejada que tomaba la alternativa. Se topó con el mejor toro del encierro,
también el de menor volumen, y el muchacho estuvo muy digno. Realizó una faena
variada con algunos muletazos de buena factura. En el que cerró plaza, único
que recibió dos largos puyazos, ya no estuvo tan suelto. Por su inexperiencia y
por que el animal no era tan bonancible en la embestida como el que le coronó
como nuevo matador de toros."
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