La fiesta de los toros
no es para nada previsible. Aunque en la actualidad, más que nunca, se tiende a
la homogeneización del espectáculo, aquí, dos más dos nunca suman cuatro. Todo
el desarrollo de la trama se realiza con un material que no es inerte. El toro,
es un ser vivo, un animal que no es dúctil a la mano del hombre para que este exprese
su sentimiento y sea capaz de crear una obra de arte efímera en el tiempo y en
espacio, aunque no en la memoria.
Salvador Cortés
preparó su actuación en solitario en Ecija con mucho mimo. Todo se cuidó con
pulcritud en los más mínimos detalles. El torero hispalense se jugaba mucho en
esta su primera actuación de una temporada, que pretende sea de inflexión en su
carrera. Todo salió a pedir de boca. Ambiente de toros en la vieja Astigi,
buena entrada en los tendidos, un público ávido de diversión, y que ha
demostrado que cuando se oferta algo novedoso y con interés, no duda por pasar
por taquilla.
También, el toro, el
material para crear y desarrollar la inspiración fue cuidado con celo. Se
apostó por seis toros de distintas ganaderías y de distintos encastes. Como es
normal, la variedad estaba asegurada, como así fue, pero de seguro algunos no
cumplieron con las expectativas que de ellos se esperaban. Distintos entre sí,
cosa más que lógica, se encargaron de ir modulando las sensaciones de todos,
público y profesionales sobre el ruedo, a cada momento. Su variado
comportamiento hizo que el festejo tuviese muchos dientes de sierra, muchas
simas y que la heterogeneidad se fuese imponiendo a medida que pasaba la
corrida.
Ante ellos ¿cómo
estuvo Salvador Cortés? La verdad es que anduvo toda la tarde muy dispuesto y con
ganas de agradar. Saldó su actuación con seis orejas en el esportón, así como una
buena faena al un buen toro de Albarrán, y sobre todo, muchos detalles de
calidad durante toda la tarde. Se puede decir que tuvo una notable actuación en
líneas generales. ¿Pudo estar mejor? Puede que si estuviera más toreado tal
vez, pero a su favor hay que decir que nunca volvió la cara y que estuvo
solvente y sobrado delante de los siete toros que estoqueo.
En su primero, un toro
de Juan Pedro Domecq con el hierro de Parladé, mostró sus disposición al
lancear con gusto a la verónica. Brindó el trasteo de muleta al pintor Alex y
cuajó una faena de buen trazo mientras que el toro aguantó. Faena de más a
menos a la que puso rubrica con una buena estocada que le hizo cortar la
primera oreja de la tarde.
En segundo lugar se
dió suelta a un ejemplar de Partido de Resina, los añejos 'pablorromeros' que
fue el antónimo de lo que debe de ser un toro bravo. Falto de fijeza y abanto
de salida, pronto mostró un punto de mansedumbre que hacía imposible la
práctica del toreo tal como hoy se concibe. Cortés tiró de toreo sobre las
piernas y de aliño para acabar de una certera estocada. Ovación para el espada
y pitos para el toro.
En tercer lugar se
lidió el toro de la tarde. Un animal de nombre 'Monteria' de la ganadería de
Luís Albarran. Un animal que aunaba todas las características propias del
encaste de 'murube'. Buen tranco, fijeza, galope y calidad en sus embestidas.
Cortés lo recibió con una larga a porta gayola para continuar toreando con buen
trazo a la verónica. Buena vara la que recibió el de Albarrán. Cortés lo
banderilleó con solvencia, aunque de forma desigual, destacando el segundo par
de dentro a fuera. Brindó la faena a Espartaco y cuajó una labor compacta e
interesante. Dio distancia a su oponente luciéndolo durante todo el trasteo
muleteril. Destacaron los muletazos ligados sin enmendarse, fundamentalmente
sobre la mano derecha, para concluir con pases de adorno y unas ceñidísimas bernardinas. Cobró media estocada que
refrendó con un golpe de descabello obteniendo dos merecidas orejas. Sin lugar
a dudas fue la faena más rotunda de la tarde.
El cuarto tenía el
hierro de Albaserrada, propiedad de Victorino Martín, presente en la plaza.
Cortés quedó inédito con el capote. El de 'victorino' no dio lo que se esperaba
de él. Fue un animal soso y con poca transmisión, pero eso sí, con unas
embestidas por el pitón izquierdo dulces como la melaza. El matador se dio
cuenta de ello y centró su labor toreando al natural. Aprovecho la calidad del
animal y ofreció una versión de toreo templado y mostrando se sentido de la
estética. Cobró una estocada que bastó y una nueva oreja fue a parar al
esportón.
A porta gayola se fue
a recibir al quinto de la suelta. Un jabonero con el hierro de Javier Molina
que apuntó pero no acabo de romper. Tras quedar inédito con el capote, por
culpa de la brusquedad del toro, se mostró de nuevo entregado y cuajando una
faena por encima de las condiciones del toro. Faena desigual ante un toro de
igual condición que marcó el desarrollo de la labor del torero. Una certera
estocada, precedida de un pinchazo fue suficiente que el público, como premio a
su entrega y tesón, pidiera una oreja que a la postre fue concedida.
El sexto perteneció a
la ganadería de Los Recitales y era todo un buen galán como se decía
antiguamente. Un torazo propio de una plaza de superior categoría. Pero todo
quedó en fachada. El animal tuvo un comportamiento de más a menos y sus
condiciones hicieron imposible el lucimiento de Cortés. El matador se tuvo que
conformar en mostrar nuevamente su disposición y realizar un trasteo entre los
pitones, muy cerrado en tablas, que le valió para cortar, tras un pinchazo y
estocada, una nueva oreja.
Mató el sobrero, otro
toro con el hierro de Los Recitales, con el que no pudo poner la rúbrica, que
seguro deseaba para la tarde, pues el animal pronto se apagó haciendo imposible
el lucimiento.
En resumen. Notable
actuación de Salvador Cortés que salvó con solvencia la apuesta realizada, en
una tarde en la que el comportamiento de los toros lidiados fue marcando el
desarrollo de la lidia de forma notoria, e hicieron que quedara la impresión de
ver la botella medio llena, o medio vacía, según con el ojo que se mire.
GANADERIAS: Todos bien
presentados y de juego desigual. Parladé (1º); Partido de Resina (2º); Luis
Albarrán (3º); Victorino Martín (4º); Javier Molina (5º) y Los Recitales (6º y
7º como sobrero de regalo). Noble el primero, manso el segundo, bravo y con calidad
el tercero, desigual el cuarto y con poca historia los tres últimos.
TORERO: Salvador
Cortés (rosa y oro con sedas de colores), en solitario. Oreja, ovación, dos
orejas, oreja, oreja, oreja y ovación.
INCIDENCIAS: Plaza de
toros de Ecija. Corrida de toros con motivo del Día de Andalucía. Más de un
tercio de entrada en tarde agradable. Destacaron en cuadrillas Robles y Reyes
Mendoza. Asistieron al festejo personajes vinculados al mundo del toro, caso de
Victorino Martín, padre e hijo, o Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', así como del
mundo del espectaculo, como Los del Río y la cantante Patricia Vela.
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