1/07/2013

BELMEZ 1914. GUSTO POR EL TORO.

Hierro de Gregorio Campos, hoy de Miranda de Pericalvo.

Una de las cosas más agradables que me dejó el pasado mes de septiembre, lo demás es para olvidarlo y pronto, fue la presentación de la Plataforma Belmez 2014. Allí tuve la ocasión de hablar de toros con buenos aficionados, que pretenden realzar el centenario de la plaza de toros de la localidad, que se celebrará si nada lo impide el próximo año.
Llama la atención que un grupo de aficionados haya tomado el estandarte de la efemérides, y más aún de una forma alejada de la que sería de esperar, festiva y superficial. La Plataforma Belmez 2014 pretende todo lo contrario, o lo que es lo mismo, que en la conmemoración se viva y respire la esencia pura de la fiesta saltando a su ruedo el toro integro y verdadero. Plausible la voluntad de este grupo de gente que demanda una fiesta en el más sentido estricto de la palabra, con sus valores ancestrales intactos.
Es curioso que una afición de provincia, con todos nuestros respetos para élla, abandere este proyecto, cuando lo fácil sería una celebración al uso, o sea, con tres figuras del papel couché, una corrida del monoencaste bodeguero y a ser posible rematado con una retransmisión televisiva de nuestro canal autonómico. Con esto el éxito estaría garantizado de antemano. Orejas, rabos, indultos, la pizpireta señorita Gil aguantando carretas y carretones del otrora “maestro” y del locutor pelipintado para regocijo de los asistentes in situ o a través de la pequeña pantalla. Pero no, la Plataforma Belmez 2014 ha tomado un camino más espinoso, más enrevesado y más duro. Ha tomado el camino de la integridad por encima de todo. El de la fiesta de la verdad, la emoción y la heroicidad.
Quizás pese sobre ellos el recuerdo de la denominada corrida del siglo. Aún guardan en sus retinas aquella tarde de septiembre de 1984, cuando ante una seria e integra corrida de Julio de la Puerta, Tomas Moreno y Gallito de Zafra ofrecieron a los belmezanos un espectáculo de verdad, sin alharacas y sin artificios.
Manolete (padre)

Pero quizás dentro de su afición por la veracidad desconocen que el gusto por la integridad de Belmez viene de mucho más antiguo. Concretamente en la fecha de su reinauguración fueron desechados por “chicos y defectuosos” los toros anunciados de la célebre ganadería de Concha y Sierra, lo que ya dice mucho del gusto de los belmezanos por el toro integro y de verdad. La corrida de la viuda, se sustituyó por otra de Gregorio Campos, ganadería que entroncaba al igual que la actual de Alonso Moreno con la de Arias de Saavedra, que envió seis toros “grandes pero mansos” y que fueron estoqueados por Manolete (padre), en el declive de su carrera, y Francisco Posada, que estuvo voluntarioso pero sin redondear la tarde. Fue muy aplaudido el picador Zurito por la forma en que realizó la suerte de varas.
Francisco Posada

Esta era la fiesta que muchos acusan hoy de anacrónica y arcaica, pero que hacía que el público valorase lo que ocurría en el redondel. Hoy todo es figurado. Los toreros esperan que los toros “colaboren” para “divertirse” y pasar una tarde “disfrutando” haciendo vivir al público unas “emociones” más propias de un cuento de hadas que de una lucha a muerte con un animal fiero y salvaje. Es una fiesta de cartón, falsa y débil la que nos quiere vender el “sistema” que rige en el planeta de los toros. Menos mal que aún hay gente como la que integra la Plataforma Belmez 2014 que busca la verdad y la integridad, gente a la que hay que oír  porque el consumidor final de la fiesta de los toros es el público, y el que paga manda, o al menos debe de mandar, eso si, si los dejan.



No hay comentarios: