Uno de los seis jaboneros de Palha que se lidiaran en Mentrida |
Llevo unos días sin
escribir ninguna entrada en esta bitácora taurina, a la que poco a poco trato
de quitar la etiqueta de agencia de noticias. El toro es una afición
apasionante para mí, pero no una fuente de ingresos suficiente para mantener mi
familia y mi casa. Por eso estos días trato de poner en orden una nueva etapa
de mi vida, que de salir de forma satisfactoria, como así preveo, hará que todo
vuelva a la normalidad poco a poco, para hacer de nuevo, que los toros vuelvan a
tomar el protagonismo que siempre han tenido en mi modo de vida.
Otro jabonero para Mentrida de Palha |
Una vez aclarado el
motivo de la falta de actividad de los últimos días, una noticia llama mi
atención. Los portales taurinos oficiales se hacen eco del reencuentro del
matador de toros Israel Lancho con los toros de Palha. Sabido es que uno de ellos
estuvo a punto de mandarlo a criar malvas en la feria de San Isidro hace
algunas temporadas. La noticia en sí no está exenta de un morbo inusual, ya que
se vende una cogida, que pudo resultar fatal, como reclamo para una corrida a
celebrarse en una plaza como la toledana de Mentrida, que es de suponer no tendrá trascendencia ni repercusión alguna tal y como tiene el sistema todo esto establecido. Para la
ocasión se han confeccionado unos carteles donde aparecen fotografiados los
seis astados de la ganadería lusa y ahí es donde ha venido mi sorpresa.
Los seis en los carteles |
Los seis toros
lucen una capa jabonera, inusual en la ganadería desde hace más de medio siglo,
por lo que de pronto el cibertendido se ha puesto a dar su opinión sobre la
aparición de tal pelo en una ganadería, que repito, llevaba muchas décadas sin
que apareciese en sus reses. Unos han apuntado a Fuente Ymbro, otros a Jandilla
y otros a lo que el ganadero luso introdujo hace unas décadas de Torrealta.
Hasta ahora nadie ha aclarado nada, pues el criador, Joao Folque de Mendoça
esta argumentando un milagro genético y un salto atrás en su ganadería, cosa
que no se cree ni él, pues es sabido, que todo vestigio de sangre vazqueña fue
eliminado a mediados del siglo pasado.
Si repasamos la
historia de la legendaria vacada portuguesa, la del horror, terror y furor,
podemos ver que tuvo unos orígenes variopintos, pues a ganado oriundo de la tierra, se unieron
vientres vazqueños de la ganadería de Miguel I, que fueron padreadas con éxito por
el toro “Guitarrero” de Concha y Sierra, así como diversos toros de Miura. El
cruce resultó explosivo teniendo posteriormente que suavizar José Pereira Palha
Blanco, ganadero que conformó la leyenda, con reses veragueñas a través de
Trespalacios. Fue entonces cuando el pelo jabonero era típico en la casa, así
como el berrendo, capas típicas del encaste que creara en Utrera, Vicente José
Vázquez. Al fallecimiento del ganadero, la vacada fue heredada por sus
descendientes siendo finalmente regentada por los gemelos Francisco y Carlos
Palha Van-Zeller quienes aconsejados por Domingo Ortega comienzan a adquirir
reses de origen Vistahermosa, a través de Pinto Barreiros y sementales a
Domingo Ortega y Juan Belmonte. La sangre que forjara Palha Blanco es
eliminada. Las últimas vacas son vendidas para carne. El día de su embarque en
un arrebato de romanticismo, Ribeiro Telles salva una berrenda en negro de
nombre “Chinarra” que con el tiempo fue el rescoldo que permitió a Fernando
Palha reconstruir la ganadería de sus antepasados, pero esto ya es otra
historia. El caso es que Palha se encastó en Vistahermosa y posteriormente se
afianzó con elementos de Baltasar Iban y Torrealta. El jabonero desapareció, y hoy, más de medio siglo después, vuelve por arte de magia.
El ganadero afirma
que todo se debe a un salto atrás imposible, ya que de la sangre antigua no
quedo absolutamente nada. ¿Pero cómo ha aparecido este pelo así de repente? Las
hipótesis de Fuente Ymbro o Torrealta no cuadran. Viendo fotografías de toros
de Ricardo Gallardo y comparándolas con los que se lidiaran en Mentrida de
Palha, la diferencia es notable. Los de Fuente Ymbro son más afinados, mucho
más armónicos. Los Palha de Mentrida tienen un aire más primigenio, más
rústico, menos evolucionado. Torrealta es difícil, por no decir imposible.
Cuando Joao Folque adquiere ganado a Torrealta todos tienen a una línea más
cercana a Maribel Ibarra que a Domecq. ¿De dónde han salido estas capas tan
impropias?
Navegando por la
red e investigando sobre ganaderías portuguesas ha habido algo que me ha
llamado la atención. La cordial relación entre Joao Folque de Mendoça,
propietario de Palha, y el ganadero portugués Pedro Cana, propietario de la
ganadería Canas Vigouroux, afirmándose la estrechaa colaboración entre ambos así
como el intercambio de sementales. Hasta aquí todo normal, pero si escarbamos
en los orígenes de la vacada de Canas, se puede apreciar que en la página
dedicada a esta ganadería del anuario de la asociación de ganaderos portugueses
se indica que su encaste está conformado por reses procedentes de Cabral
Ascençao (Pinto Barreiros) y un lote de vacas de Simao Malta, de origen Cunha
y Carmo cuyo encaste predominante era el vazqueño que tanto gustara a Palha
Blanco.
Nos encontramos
pues, no ante un salto genético atrás, sino a una búsqueda de algo que se debió
de mantener y no se debió de perder. Puede servirnos como ejemplo. La ganadería
de Palha ha buscado sus verdaderas raíces, quizás para recuperar riqueza
genética que prescindió en su día, pero ha vuelto la vista atrás. En España se mandan ganaderías enteras
de sangres únicas al matadero, se están arrinconando encastes históricos que
están viviendo momentos muy difíciles. De seguir así, quizás los perdamos para
siempre. Palha los ha recuperado a través de otra ganadería. Pero si algún día
en España tratamos de recuperar algo ¿encontraremos donde?
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