El mundo de los toros es fuente
de inspiración para las artes. Su liturgia ancestral, la última de la cultura mediterránea,
forma parte de nuestra particular idiosincrasia. La lidia, o lucha a muerte
entre razón y sinrazón, es aún al día de hoy un misterio. ¿Qué lleva a un
hombre con una tela entre las manos poner en liza su vida ante un oponente que
le gana en fuerza y brutalidad? Ese misterio hace posible que el torero se
convierta en ídolo, que como tal, es exaltado por los artistas.
Jaime de Armiñan en su novela
Juncal, pone en boca del personaje, un torero roto y acabado, pero ídolo aún,
unas frases elocuentes. El diestro, en la alcoba junto a una centroeuropea
desconocedora del sentir de muchos
españoles, trata de mostrar la grandeza del toreo. La mujer espeta al viejo
matador: “los toreros me parecen, además de ridículos, asesinos”. Juncal
reacciona y exaltado dice lo siguiente: “El mundo entero está rendido a sus
pies (de los toreros). Todo gira en el mundo alrededor de los toros. Los
músicos existen para inventar pasodobles toreros, los poetas para cantar a los
toreros, los médicos para curar a los toreros, los arquitectos para construir
plazas de toros, los pintores para pintar a los toreros y las mujeres para
querer a los toreros”.
No le faltaba razón a Juncal.
Muchas son las obras de arte en torno al torero y en España, aún más. Nuestra
música, desde la más culta hasta la más popular, canta al torero y su mundo.
Desde Turina con su emotiva “Oración del torero” hasta “Francisco Alegre” de Quiroga
muchas han sido, y serán, las generaciones que las tengan como banda sonora de
su vida.
Precisamente la figura de este
último, Manuel López-Quiroga Miquel será homenajeada este fin de semana en
Córdoba. El maestro Quiroga nos hizo un legado de música y copla, que merece
ser recordado, pues en sus notas se encierra en sentir de una generación
castigada por el destino. Quiroga, junto con el genial poeta Rafael de León, dio
forma a un género musical que acabo por ser parte de la cultura de nuestro
país. Un género que vive, a pesar de todo, por su grandeza y por su enorme categoría
musical.
“Romance de valentía”, “Francisco
Alegre”, “Capote de grana y oro”, “Coplas de Pedro Romero”, “Coplas del
Almendro”, “Los niños de la Gabriela”, “Con divisa verde y oro”, “Madrina”, “Silencio
por un torero”, son algunas de las muestras que Quiroga nos dejó con sabor e
inspiración taurina.
Su música y su figura serán
homenajeadas el próximo viernes en esta Córdoba tan nuestra. Será nuestra
Orquesta, de tan buen hacer y prestigio, quien pondrá el poema en el pentagrama
dirigida sabiamente por el maestro Gutiérrez Juan. Las voces de Joana Jiménez, Álvaro
Díaz, Sandra Cabrera y nuestra paisana Carmen Abad, trovaran los versos de León
que musicara el homenajeado y la danza de Ursula López complementará el
homenaje.
Preludio de feria en honor a uno
de los músicos que con su obra engrandeció nuestro acervo cultural, haciéndolo más
grande aún. La copla, hoy por hoy, está más viva que nunca.
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