Vean como humilla el eral en la muleta de Lagartijo |
Cuentan que no hace tanto tiempo había figuras del toreo
que no hacían ascos a los toritos cárdenos y entrepelados de santacoloma. Un toro, sin lugar a dudas,
bravo y encastado, pero que a poco que se estuviera solvente con él, regalaba
embestidas enclasadas y con calidad. Hoy las coletas que lideran el escalafón
han vuelto la espalda a estos toros. El toro de santacoloma se ha convertido en un animal poco frecuente en los
carteles y ha quedado relegado a festejos donde los actuantes tienen poco
oficio, o bien, en festejos menores con espadas que comienzan a poner los
cimientos de una carrera de fondo como es la de matador de toros. Ayer en Los
Califas se jugó una novillada de esta sangre minoritaria. Una novillada que
tuvo sobre todo bondad, pero a la que había que poner firmeza y no tener ante
ellos el más mínimo fallo. Una novillada exigente, muy en la línea de lo que debe de ser un toro bravo. Cierto es que con erales, como se suele decir, todo suele servir. Pero los jugados ayer en Los Califas tuvieron mucho fondo y un comportamiento en sus embestidas mucho más serias que las que se suponen a un animal con dos años, aunque a nuestro modesto juicio les faltara una miajita de pimienta.
Novillada pues interesante que un año más sirve para
poner un importante triunfo en manos de los noveles. Quedado ha escrito,
novillos de presentación seria y lo más importante, con un comportamiento de
lujo en las telas. El toro de santacoloma
es un animal que debe de volver por derecho propio a los grandes carteles. El
trabajo de Martínez Conradi está siendo acertado para devolver esta sangre a
donde siempre estuvo. Ahora solo hace falta que el sistema imperante sea
generoso con gente que trabaja para hacer la fiesta más variada y dinámica.
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