Rafael Rosa |
Los históricos festejos del centenario de
Manolete coincidirán con el regreso de Rafael Rosa a Córdoba con Manzanares y
de Francisco Algaba en la cuadrilla del peruano Roca Rey
Córdoba ha escrito múltiples páginas de oro en la Historia del
toreo. Su califato taurino ha cubierto etapas esplendorosas en la misma. Por
esta razón, Córdoba ha sido siempre considerada tierra de grandes toreros.
Cierto es que al hablar de los denominados califas del toreo cordobeses se comprende
la influencia en la evolución de la lidia y de su aportación a la tauromaquia.
Rafael Molina Lagartijo fue el primer espada que dotó a la
fiesta de una lidia con un concepto más artístico. Más tarde fue Rafael Guerra Guerrita, formado en la
cuadrilla del anterior, que prolongó aquellos esbozos de lidia artística,
complementada con un concepto dominador y poderoso, que llevó incluso fuera de
los ruedos. Rafael González Machaquito aportó valor y profesionalidad en
su época, donde posiblemente se lidió el toro más fuerte de la historia. Manuel
Rodríguez Manolete aunó las cualidades de sus
predecesores aportando un estoicismo complementado de una personalidad única.
Manuel Benítez El Cordobés trajo la revolución de acercar el
toreo a todos los estratos de una sociedad en desarrollo, sustentándolo todo en
su magnetismo y carisma personal, además de un toreo heterodoxo que lleno toda
una época. Sólo con su llamado califato taurino se justifica la importancia de
Córdoba en la fiesta, si bien hubo otros toreros locales que no alcanzaron la
gloria del califato, pero que supieron estar a la altura del mismo.
Dice el refranero popular que no es oro todo lo que reluce.
Córdoba, además de grandes matadores de toros, también dio a la fiesta nombres
ilustres en las filas de los subalternos. Siempre a la sobre de su jefe de
filas, los peones cordobeses rayaron a gran altura en la fiesta. Nombres como
Juan Molina, hermano de Lagartijo, magnífico con el capote en la brega; Antonio
Guerra, eficaz con rehiletes y cachete a las ordenes de su hermano, el gran
Guerrita; Rafael Sánchez Bebe;
Manuel Saco Cantimplas,
eficaz capoteador a las órdenes de Joselito el Gallo; su hijo Rafael Saco Cantimplas, primo hermano de
Manolete, con quien actuó durante gran parte de su vida profesional,o más
recientemente Manolo de la Haba Zurito;
Pepín Fernández; Rafael Gago, padre e hijo, o Antonio Tejero, quienes siempre
han acompañado a grandes figuras del toreo.
En la Feria de Córdoba de 2017, la que pasará a la historia como
la del centenario de Manolete, dos toreros cordobeses de plata partirán plaza
en Los Califas a las órdenes de dos figuras del toreo. Será el viernes 26
cuando Rafael Rosa, en la cuadrilla de José María Manzanares, y Paquito Gómez,
en las filas del peruano Roca Rey, representen a la Córdoba taurina.
Rafael Rosa viene de hacerse acreedor de premios a su labor en la
última feria sevillana. El torero cordobés llega con mucha ilusión. Manifiesta
sobre su actuación "que las sensaciones son muy positivas".
"Venir a mi Córdoba siempre te inunda la presión y la responsabilidad que
supone torear en mi tierra. Aquí está mi gente, mi familia, mis amigos y eso
supone un incremento de responsabilidad. Son ya muchos los años que llevo yendo
a las ferias, y con varias figuras del toreo, y eso te da un oficio y una
madurez que se va notando conforme pasa el tiempo y es algo que, sin duda, te
da mayor tranquilidad para ir afrontando cada tarde que uno se viste de
torero", declara a el Día.
"Me encuentro en un gran momento, siendo un joven veterano y con un gran
reconocimiento en estos últimos años. Eso hace que esta próxima cita en mi
Córdoba sea especial y la afronte con una gran responsabilidad, puesto que
quiero dar el nivel en mi tierra que he podido marcar en otras ferias. Y qué
mejor manera que con una gran figura como José María Manzanares, con el que
estoy disfrutando sobremanera y me siento un privilegiado de poder
acompañarlo", dice.
Paquito Gómez Algaba |
Paquito Gómez es un hombre eficaz. También se muestra ilusionado
en poder hacer el paseo en la próxima feria y afirma: "Estoy ilusionado de
volver a hacer el paseíllo en mi tierra rodeado de tres figuras del toreo, y en
esta ocasión a las órdenes de Roca Rey y rodeado de compañeros a los que
admiro. El hecho de ser cordobés te carga aun más de presión y responsabilidad."
Para estos hombres, que en ocasiones no son lo suficientemente
valorados ni reconocidos, también supone un aliciente la figura de Manolete.
Sobre la efeméride que este año se conmemora, Rafael Rosa reconoce que "es
un año especial y cualquier homenaje que le hagamos es poco". "El
maestro marcó una época y un concepto. Su personalidad fue arrolladora dentro y
fuera de la plaza y debemos de estar orgullosos como cordobeses de haber tenido
un figurón de época en nuestra tierra", añade. "Córdoba siempre dio
toreros grandes y los sigue dando, por eso no sólo tenemos que estar orgullosos
de lo que tuvimos sino también de los que tenemos en vida", añade. Y
considera que el mejor homenaje que se le puede dar al "monstruo
cordobés" es que "se vea a una Córdoba viva acudiendo a la plaza para
disfrutar tanto de las seis figuras del toreo que vienen como de los novilleros
y de la corrida de rejones". "Si así ocurriera, el maestro Manolete
estaría orgulloso".
Goméz Algaba también de sobre la figura de Manolete: "Para
mí, es un honor haber nacido en la misma tierra que el cuarto califa del toreo.
Hablar de Córdoba inevitablemente asocia hablar de Manolete. Estoy contento y
feliz de haber nacido en su misma tierra y que en su época tanto representó
Córdoba en la tauromaquia".
Dos toreros cordobeses que, aunque sus nombres no aparezcan con
mayúscula en los carteles, significan mucho en el toreo, pues su
profesionalidad y buen hacer son de suma importancia para el lucimiento de sus
jefes de filas. Suerte pues para los dos para que puedan demostrar en el albero
de Los Califas que la plata puede refulgir con fuerza.
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