El año pasado cuando
Ramguertauro, y su entonces gerente Antonio Tejero, presentaron las
combinaciones feriales, fueron muchas las peñas que, mostraron su descontento
por la ausencia de novilladas picadas. El motivo no era otro que, algunas de ellas,
ponían en juego premios a los novilleros y sin festejos menores esa tradición
no se podría mantener. El entonces gerente arguyó que si la crisis, que si el
año que viene, que si todo va bien se volverán a dar, etc, etc…
Este año las novilladas con
picadores han vuelto a estar ausentes. La crisis, su enorme carga fiscal y la
ausencia de novilleros con tirón taquillero, que no buenas aptitudes, hacen que
este tipo de festejos sean deficitarios y, por ello los empresarios de medio
pelo encuentren justificación para darles de lado.
Córdoba un año más ha visto como
sobre su dorado albero no se han celebrado novilladas con picadores. Las peñas,
las mismas que al año pasado mostraron su descontento, este año han callado.
Quién calla otorga, dicen, por lo que hace suponer que dan por arrojada la toalla.
Sus exigencias hacía la celebración de novilladas picadas, hubiera sido otro
frente más abierto en contra de la empresa, lo que le hubiera dejado el culo al aire aún más. Pero nada, cuando más fácil lo tenían, este
año han callado ¿Desidia, resignación, o tal vez dejadez? Vaya usted a saber.
El senequismo cordobés tal vez.
Mientras tanto nos conformamos
con novilladas de erales. Festejos menores, para gente que principia. La
ausencia de las novilladas con picadores ha hecho que muchos toreros se estén formando
en este tipo de novilladas, y que cuando están curtidos, así como con un oficio
adquirido, pueden dar el campanazo.
Sin lugar a dudas el campanazo de
2014 en Córdoba, ha sido el nuevo Lagartijo. Un novillero cuajado, asentado,
con oficio y lo que es más importante con personalidad. Cuajó una tarde
importante, lástima que en su primero lo echase todo a perder con el
descabello, con torería y haciendo dos faenas de peso ante dos novillos de La
Quinta. Ni decir tiene que sus dos orejas, que pudieron ser más, y su puerta de
Los Califas no han sido devaluadas. Este nuevo Lagartijo puede, y debe, ser un
torero que puede hacer rebrotar el interés por la fiesta en Córdoba.
Por eso mantengo que el
triunfador de la feria ha sido Lagartijo. Este nuevo torero fue el único que
supo tocar los resortes para cortar dos orejas a uno de sus oponentes. No me
vale que digan que fue a un eral, o que se trataba de un festejo menor. Las
peñas, que no ha tanto, ponían premios para los novilleros han tenido la
ocasión de oro para demostrar que en el toreo existe sensibilidad y haber
fallado los mismos a favor del nuevo torero de Córdoba. ¿O es que su Puerta de
los Califas no vale?
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